Mas allá de la bendición que representa ganarse ¢25 millones y las cosas buenas que trae consigo tanta platita, a Willy Pérez le cayó una especie de mala suerte, en el ámbito laboral, tras ser el único participante en superar todas las preguntas de la primera temporada de ¿Quién quiere ser millonario?
El programa de trivias regresará a la pantalla del 7 el próximo 27 de abril y sin duda, que el fiebre del fútbol es una de las primeras personas que se nos vienen a la mente al escuchar esa noticia.
El nacido en Naranjo ganó en junio del 2010 en el especial que hicieron por el Mundial de Sudáfrica.
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Desde su casa en Los Ángeles de Sabalito, en Coto Brus, Willy, de 41 años, nos atendió y nos contó que hasta la fecha le ha costado encontrar trabajo, pues las personas que lo reconocen piensan que es un platudo y que no necesita bretear, por ende optan por alguien que “realmente lo necesite”, según señaló.
Pero el cuento es distinto, ya que si bien pudo comprarse un par de terrenos y montarse un negocio con su esposa, la mayor parte del dinero se fue en pagar deudas que los estaban ahogando desde antes que participara en el programa. De esa chochosca ya no queda nada.
La última experiencia que tuvo en medios fue con La Teja para el Mundial del 2014, donde colaboró con una trivia mundialista y una columna, después de eso se desapareció.
-¿Cómo ha cambiado su vida en estos 10 años?
Bastante, con solo decirle que mi hija tiene 10 años y cuando gané ella estaba en la panza de mi esposa, yo guardo todos los reportajes que nos hicieron.
Siempre tuve afinidad por el periodismo, me gusta mucho, pero fue muy curioso lo que me pasó, pues se me cerraron muchas puertas por haber sido ganador en el programa, en aquel momento me dieron chance en el programa Pasión deportiva, pero hasta ahí, nadie más me dio oportunidades; yo me había pasado a vivir a San José con mi esposa, pero decidimos venirnos para Coto Brus porque ya se nos estaba yendo la plata.
-¿Pero por qué cree que fue? ¿Por haber sido ganador o por otra cosa?
Es por la actitud que tenían los que me hacían las entrevistas (laborales), me decían que soy muy talentoso, que me admiraban, pero que preferían darle la oportunidad a alguien que necesitara trabajar. Incluso, aquí, en Coto Brus, me pasó lo mismo, saqué rápido el bachillerato y otros cursos, pero siempre fue complicado, la última oportunidad que tuve fue con ustedes que colaboré para el Mundial 2014, después de ahí tuve que lucharla en otras cosas y me resigné.
-¿Estudió periodismo?
Vieras que no pude, la UACA me regaló una beca completa, pero cerraron la carrera de periodismo que era la que me interesaba, de hecho todavía tengo la carta que me dieron, yo la puedo usar en cualquier momento que quiera, realmente no le veo gracia estudiar algo que no me guste, la idea es estudiar en lo que mejor me desenvuelva.
-¿Qué hace ahorita?
Ahorita estoy con dos páginas que me cree, una es “Costa Rica retro fútbol” y ha tenido muy buena aceptación, tiene más de 45 mil seguidores y otra que se llama “Willy Pérez, el máster de los mundiales”. También trabajo con mi esposa en ventas, en el negocio que tenemos y en la iglesia local, en el área motivacional, pero sí me ha costado en el tema del trabajo.
-¿Qué le pasó por la mente cuando escuchó que ¿Quién quiere ser millonario? regresa?
Me dio emoción y nostalgia, es un programa que me gusta mucho, que educa, de lo poco educativo que hay en televisión y da la oportunidad de que vayan personas talentosas en diferentes campos, estoy esperando que regrese para verlo.
-¿Ya lo invitaron a ir?
No, vieras que con canal 7 llevo años de que no tengo contacto, solo con mi amigo Dudly Lynch, con quien trabajé en Pasión deportiva y ahora vive en Naranjo, que es donde yo viví antes.
-¿Le queda platita del premio?
Yo diría que no, lo primero que hice fue saldar deudas, compré un terreno en San Ramón y luego uno en Coto Brus, hicimos nuestra casa y compramos un carro y todos los muebles de la casa que había tenido que vender antes del concurso. La verdad es que me urgió gastarlo porque pasaban situaciones raras, la gente se abusaba con nosotros, nos cobraban más por las cosas y por eso quisimos invertirlo en el futuro de nuestros hijos.
-¿Qué recuerda del día que ganó?
Ese día fue curioso, recuerdo que veía a mis compañeros estudiando y un muchacho del 7 me preguntó que por qué no repasaba el material, yo le dije que lo que estaba en mi mente ya no se salía, de hecho uno de los participantes me dijo que era el rival más peligroso porque estaba muy tranquilo. Ya cuando conocí a Ignacio fue un gusto, yo me acuerdo de las 15 preguntas y de todo lo que viví.
-¿Cuál consejo le da a los nuevos participantes?
Que presten mucha atención a don Ignacio, que sigan sus consejos y que si él sugiere los comodines es por algo y también que apliquen el comodín que no existe que es el de descartar las opciones.