Si este miércoles amaneció lluvioso en muchas partes del país, por donde sea que pasó Jeremy Zúñiga el cuento fue otro. Nos atrevemos a decir que hasta salió el sol.
Jeremy fue el ganador de 7,5 millones el martes en el programa “¿Quién quiere ser millonario?”. Es el participante que ha llegado más lejos y por eso mismo el que más plata se llevó para la casa. Estuvo nada más a tres preguntas de los 30 millones.
Después de una noche movida y llena de emociones, Jeremy sacó un rato para atendernos y contarnos cómo lo recibieron en su trabajo en la Asamblea Legislativa, donde se desempeña como asesor de la jefatura de fracción de Liberación Nacional.
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-¿Cómo ha sido su vida desde que terminó el programa?
Lo primero que tengo que decir es que estoy muy agradecido con Dios por darme la oportunidad de llegar hasta donde llegué. Ha sido maravilloso, nunca en mi vida había tenido un día en que me llegaran tantos mensajes tan bonitos, de amigos, gente con la que hace mucho no hablaba y otros desconocidos, vi los comentarios en la página de La Teja, de Teletica y del programa y son comentarios muy lindos, lo cual es muy gratificante. Me llena el corazón de alegría porque no creo ser merecedor de tanto, pero Dios es muy bueno y me da estas cosas.
-Esa reacción cuesta, a la mayoría de participantes le han tirado mucho en redes...
Sí, pero no es para nada fácil, cada pregunta es un reto. Hay algunas que uno sabe y está seguro pero hay otras que no y uno duda hasta del propio nombre cuando se está nervioso porque es mucho lo que se está jugando. Uno sabe que si contesta mal, no hay vuelta atrás y la idea era tener buen desempeño.
-¿En cuál pregunta se sintió más nervioso?
En la nueve, ya para ir a la segunda zona segura me hicieron la pregunta de que cuál personaje de Shakespeare se lavaba las manos constantemente y yo utilicé el comodín de preguntarle a mi papá porque no estaba seguro; él tampoco, pero me dijo que siguiera mi intuición, yo no quería gastar otro comodín porque no era parte de mi estrategia y pensé en dar un salto de fe y devolverme a los quinientos mil, así lo hice. Me costó mucho, pero me sirvió ahorrarme un comodín para las siguientes preguntas.
-¿Cómo se prepara uno para un programa así si le preguntan de todo?
Yo creo que se usan todas las experiencias de vida, pero no es suficiente, yo soy un hombre de teatro, me gusta verlo y he interpretado obras de Shakespeare, pero nunca había leído Lady Macbeth, que fue justamente la que preguntaron (que se lavaba las manos con frecuencia), entonces pienso que hay que prepararse, leer mucho y llevar una estrategia porque nunca se puede saber todo.
-¿Cómo lo recibieron en el trabajo?
Los compañeros muy felices, superorgullosos y contentos, me dieron un recibimiento muy ameno, abrazos no, pero sí mucha calidez.
-¿Algún diputado le dijo algo?
Sí, doña María José Corrales, que es la jefa de fracción (del PLN), me felicitó desde anoche y don Carlos Ricardo Benavides también me escribió.
-¿Quién paga el almuerzo de hoy?
El de hoy, cada uno, porque no me han dado el premio, pero más adelante tengo que invitar por lo menos a la pizza.
-¿En qué más va a gastar el dinero?
Pagar la deuda de mi carrito y así tener mayor liquidez, también meter lo que me quede a una cuenta de ahorro a plazo y ayudar a mis papás en lo que pueda.
-¿Usted tenía la noción que estaba a tres preguntas de los 30 millones?
Sí, lo iba midiendo, de hecho era parte de la estrategia con los comodines, no quería usarlos hasta después de esa segunda zona segura. Me quedó la espinita de que estuve tan cerca, pero la verdad es que lo único que siento es gratitud.