“Soy una mujer de 48 años, trabajo, soy independiente y mis hijas son mayores de edad y tienen vida propia, porque se independizaron muy temprano. Yo no les había contado que conocí a una persona y estoy saliendo con él. Fui viuda muy joven, me dediqué a ellas y ahora quiero conocer gente y salir. Esta persona con la que salgo a veces se queda a dormir en mi casa y un día mi hija mayor llegó un domingo sin avisar, entró al cuarto y estamos los dos, por lo que se molestó muchísimo y desde entonces no me habla. Pienso que el problema lo tiene ella, no yo. Mi otra hija dice que se alegra de que esté saliendo con alguien”.
1. Creo que usted está asumiendo las cosas de forma correcta. Cada uno tiene su casa, todos están en un rango de edad en el que pueden tomar decisiones respecto a su vida afectiva, social, económica, laboral y no tiene que hacer una asamblea ordinaria de socios para llegar a acuerdos de junta directiva. Usted es una mujer independiente que se encuentra en una etapa de la vida en la que tiene derecho a rehacer su vida y bajo su criterio.
2. Si está saliendo con alguien, la primera persona que tiene que evaluar si se siente bien es usted y no debe estarle notificando a la familia. Usted tiene derecho a su privacidad, su intimidad, y si su hija no está de acuerdo le tocará buscar ayuda terapéutica para saber cuál es el rollo interno que esto le mueve. No es su vida afectiva o sus elecciones lo que le causan un problema, es la interpretación que ella hace de esta situación, así que no debe de sentirse mal.
3. Usted intentó hablarle y explicarle, pero si ella bloquea la comunicación y no le quiere hablar y puso una muralla, entonces, no se mortifique, muévase con naturalidad y seguridad, pues como una mujer adulta de 48 años puede hacer una reelaboración de su independencia a partir de la integración de su viudez.
4. Es difícil este tipo de situaciones, pero usted simplemente está viviendo su vida y desde esa óptica puede sentirse tranquila.