La exmodelo y exparticipante del programa Guerreros, de Repretel, Pamela Cusi vivió el miércoles anterior una pesadilla doble al ser atacada en su negocio por tres maleantes cuando estaba acompañada por su hija de ocho años.
La bella macha, quien ahora es entrenadora y dueña del centro de entrenamiento Cusi estudio fitness, ubicado en San Juan de Santa Bárbara de Heredia, fue atacada cuando estaba a punto de cerrar su local. En ese momento ya los clientes se habían ido y solo estaban ella y su pequeña.
De pronto se vieron con una pistola apuntándolas, sin poder hacer mucho más que seguir las instrucciones de los bichos. Algo realmente lamentable.
Pame comentó que si bien fue un momento que no le desearía ni a su peor enemigo, su pequeña se portó como una heroína, pues estuvo muy tranquila y hasta le pedía a su mamita que se mantuviera igual.
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La exmodelo contó su historia a La Teja con la fe de que la gente esté atenta por la inseguridad que se vive y a la vez pulsear recuperar su carrito, que tanto trabajo le costó.
–¿Qué fue lo que pasó?
Estaba en mi última clase del gimnasio, eran aproximadamente las 7 y 55 de la noche, no recuerdo muy bien la hora. Fui a cerrar una de las cortinas con mi hija y justo cuando volví a entrar, uno de los sujetos entró detrás mío. Al verlo con la pistola me dirigí con mi hija hacia detrás del escritorio, para mayor protección, y traté de cubrirla con mi cuerpo.
Ahí mismo, uno de los tres sujetos me pidió el dinero, le dije dónde estaba mientras que otro sujeto fue a revisar para ver qué más podía robar.
En el momento me pidieron las llaves de mi carro, además de tomar las demás pertenencias. No recuerdo bien mucho porque además estábamos boca abajo, en el suelo, como ellos nos pidieron. Solo recuerdo a mi hija portarse muy valiente diciendo que no nos iba a pasar nada si le hacíamos caso a ellos (la hija tiene 8 años).
–¿Cuánto duró el asalto?
No tendría un tiempo exacto, pero creo que como unos cinco minutos, mientras ellos buscaban qué más robar. El problema es que en situaciones así no se logra medir el tiempo, puede ser que haya sido más o inclusive menos, no sabría decirle exactamente. Además, nos quedamos el piso unos minutos más cuando ellos se fueron porque nos amenazaron que si nos levantábamos antes de que se fueran nos metían un balazo.
–¿Cómo están ustedes ahorita?
Estamos mejor, aún con nervios y mucho sentimientos de impotencia porque es difícil pensar que ya no se puede estar tranquilos en la calle sin que nos suceda algo. Claro, se sabe que hay peligro, pero hasta que no nos pasa en vivo y a todo color no se cree lo dura y difícil que está la humanidad. Tratamos de recuperarnos con mucha ansiedad y rabia a la vez.
–¿Qué les robaron?
–Nos robaron el carro, los celulares, una computadora, la tablet de mi hija y todos sus bultos de la escuela, unos bolsos con ropa y zapatos, billeteras, una báscula de impedancia eléctrica y el dinero en efectivo.
–¿Ha estado trabajando?
Estos días no, debido a vueltas que he tenido que hacer por el robo del carro, de los documentos de identidad y lo demás. El lunes retomamos con mayor seguridad. He tenido que ir al OIJ y obviamente sin celular también es más complicado porque se tiene que ir al banco directamente para sacar nuevas tarjetas entre otros mandados.
–¿Cuáles medidas de seguridad van a tomar a partir de ahora?
–Se puso la denuncia recién sucedió todo, ahorita voy a instalar cámaras en el local y reforzar seguridad para mí y para mis clientes.
–En sus redes puso que alguien había visto el carro, ¿qué pasó con eso?
No, no se vio en ningún lado. Al final nadie me confirmó nada. Dicen que creen que pueden saber quién es, pero honestamente no me atrevo a hacer tal declaración.
–¿Le había pasado algo así en alguna otra ocasión?
–Me habían robado una vez el bolso del carro, metiendo la mano, así como quiebravidrios, pero esa vez fue por confiada porque tenía el bolso al frente, pero fue hace años y me dejó la enseñanza, al menos en ese ámbito, de ser más precavida.