Exmiss Costa Rica Fabiana Granados es una guanacasteca orgullosa

Cada vez que puede, la exmiss Costa Rica Fabiana Granados saca el ratito y se va para su natal Hojancha, en Guanacaste, a disfrutar de la simpleza y la sencillez de la vida en esa tierra.

Granados, de 29 años, admite que cuando se mudó a San José a los 17 años se encontró con un mundo totalmente distinto al que estaba acostumbrada.

Si bien siempre ha estado orgullosa de su lugar de nacimiento, la juventud y las cosas nuevas con las que se topó en Chepe hicieron que en algún momento no valorara tanto lo que tenía, pero ya con los años entendió que es una bendecida.

“Es curioso porque cuando uno es más joven no valora tanto lo que tiene y con el paso de los años ya se da cuenta, es algo que me ha pasado y ahora cada vez que pienso en Hojancha me enorgullezco por ser un lugar de gente superhumilde y que me permitió vivir una niñez preciosa”, aseguró la ganadora de Miss Costa Rica 2013.

Fabi, quien ha sido unas de las grandes sorpresas de la sexta temporada de Dancing with the stars, dice que es una mujer tranquila, casera, que disfruta de las cosas sencillas y que dejó atrás el mundo de los certámenes de belleza.

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– ¿Cómo está viviendo la experiencia de Dancing?

Muy bien, lo estoy disfrutando mucho y me estoy exigiendo bastante. He tenido que cambiar el chip de empresaria a bailarina y gracias a Dios he contado con el apoyo de mi esposo que me ayuda bastante.

– En todos los programas le ha ido bien, ¿por qué se le está haciendo tan fácil?

No es que sea fácil, es que sí soy superexigente con lo que hago, ensayo mínimo siete horas diarias. Primero dos o tres horas en Teletica, luego en la academia de Billy (Corado) completamos y nos ha dado buenos resultados.

– ¿Cómo se ha llevado con Billy?

Desde el principio muy bien porque él es muy educado, caballeroso y respetuoso. La gente lo ve serio, pero es un vacilón.

– ¿Qué es más pesado, estar en Dancing o en Miss Costa Rica?

Por ahora lo siento diferente porque todavía no he llegado al momento en que hay más presión, yo igual lo veo como una competencia y vine a ganar, pero creo que a la edad de uno ya se saben manejar mejor las críticas y las ganas de ganar.

– ¿Y cuál le gusta más?

Creo que Dancing, porque en una pasarela uno tiene que sonreír, pero por dentro hay muchos nervios, en cambio bailar quita estrés y es mucho más dinámico.

– ¿Cada cuánto va a Hojancha?

Ahora me cuesta más por el trabajo, pero cada vez que puedo voy. Últimamente le digo a mis papás que se venga para San José.

– ¿Cuáles tradiciones guanacastecas mantiene?

Son varias, por ejemplo que en mis desayunos no pueden faltar las tortillas palmeadas, yo las hago. También cada vez que voy allá me traigo rosquillas, tanelas, picadillo de papaya o de palmito que me encantan.

Ir allá me desconecta y me traslada a cuando era pequeña, siempre que voy mi mamá me enseña zapatos, ropa y muñecas mías de cuando era niña.

– ¿Le costó mucho adaptarse a la vida en la ciudad?

No, siempre me adapto rápido a los cambios. La idea de venirme fue para tener crecimiento personal y lo logré, pero no dejo la esencia de lo que fui y soy superfeliz de ir allá, de hablar de ellos y de acordarme cómo iba al potrero a jugar con las vacas.

– ¿Cómo vive Hojancha su participación en Dancing?

Me encanta porque es como volver a lo de Miss Costa Rica, la familia se reúne y aquello es como si fuera un partido de la Sele. De hecho el día que me dieron un punto extra por el mejor paso dicen que lo gritaban como si fuera un gol.

–¿El mundo de los concursos de belleza ya quedó atrás para usted?

Pasé la página, me encanta modelar y hacer fotos, pero los certámenes ya no. Estoy un momento bonito, de mucha madurez y ese es un mundo muy complicado, donde todo es muy calculado, a pesar de eso me quedaron muchas enseñanzas.