A José Kawas muchos solo le decían Chito Pitt porque lo identificaban así por su famoso personaje de humor; sin embargo, para su amigo del alma Johnny Barrantes, hay otro personaje que lo caracterizaba más, pero solo él podía decirle así.
El Parce, como es conocido este humorista, además de ser compañero de Kawas en el Manicomio de la risa, también era su gran amigo desde la infancia, pues fueron juntos a la escuela del barrio La Lía, en Curridabat, y eso le daba el derecho para decirle “Gargamel” sin que él se enojara.
El apodo se lo puso porque, según él, Kawas era el único humorista “serio y amargado”, pero que tenía esa gran capacidad de transformarse detrás del micrófono para hacer reír a la gente.
“Él era un humorista superserio, en cabina era otro o en algún show, así explotaba todo su talento, pero nunca fue así de vacilón o el que armaba la fiesta, yo le decía mi Gargamel y me decía: ‘No sea necio enano, usted también es un amargado’, porque yo lo molestaba mucho, pero él siempre se mantenía serio y no era de bromas pesada ni mucho menos”, recordó.
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Gran despedida
El Parce mencionó que a pesar de los años amistad, el humorista no quería que nadie lo viera sufrir, solo su familia más cercana, por eso jamás olvidará el último día que estuvieron juntos, gracias a que su mamá lo dejó llegar a su casa.
“Kawitas no quería que lo viéramos así, él estaba luchando contra la muerte y él dijo: ‘Cuando yo me recupere nos vemos, porque yo voy a salir de esto, yo no me voy a morir’, y en eso quedamos que lo podía ir a visitar cuando se sintiera mejor, pero de casualidad me topé a la mamá un día de estos y dijo que si quería ir a ver a José que estaba dormido, cuando llegué la hermana lo despertó y se incorporó un poco, le hablé y apenas me pudo responder, lo acompañé al baño y cuando le dije: ‘Ya me voy’, me dice: ‘No y gracias’ y en eso se quedó dormido”, recordó.
Le empecé a hablar al oído como Chito Pitt y vacilando le decía que sus personajes ahora eran míos, sonrió y apenas tuvo fuerzas para tirar el brazo y abrazarme”.
— Johnny Barrantes, humorista
Su amistad era tan fuerte que el mismo Kawas fue el que ayudó a Johnny a entrar a radio Omega hace dos años y producto de su enfermedad es que en solo dos ocasiones pudieron compartir cabina haciendo realidad su sueño de trabajar juntos.
“De él aprendí que se puede tener un amigo leal para toda la vida y como profesional a ser estricto y respetar cada persona”, dijo.