Irán Blanco, famoso locutor de radio Omega y más conocido como el Maleku, dice que siempre se pasaba cuidando al extremo para no contagiarse de covid-19, pero aún así se contagió y no sabe ni cómo.
El conductor de programas como El Manicomio de la risa y de 5 a 7 se puso tan mal luego de la cuarentena que cree que haber ido al hospital fue lo que le salvó la vida.
El animador, quien se recupera en su casa, nos concedió una entrevista.
- ¿Cómo sigue de salud?
Ya me dieron de alta (el sábado en la noche) por la mejoría que tuve dentro del hospital para continuar con mi recuperación aquí en mi casa. Ahorita me encuentro bien chineado por mi familia, esposa, por mi hija, llevando la pauta de las recomendaciones médicas, con los medicamentos y la alimentación, y al día de hoy me he recuperado muy bien y me siento cada día mejor, gracias a Dios.
- ¿Cuánto tiempo estuvo internado?
Fueron seis días. Y no te miento, sea yo o cualquiera que llegue ahí, se hace la pregunta, ‘¿será que hasta aquí llegué?’, porque en algún momento, dado la enfermedad, te ataca en varios flancos, entre ellas la respiración que es la de más cuidado, entonces, cuando te ataca en ese instante, en ese segundo, quitándote la respiración es ahí donde usted vuelve a ver alrededor y es donde uno dice, ‘¿será que hasta aquí llegué?, ¿será que puedo lograrlo?, ¿será que puedo pasar este trance en el que estoy en este instante?’.
No tenés una hora para luchar, no tenés la tarde para luchar, tenés segundos para luchar y tomar una buena decisión, segundos para decir: ‘me voy a calmar para que el cuerpo agarre fuerza de donde tenga que agarrar para salir de esta en este instante. Yo sé que muchos ahí, lamentablemente, es en ese instante donde pierden la batalla en ese momento de pelea.
- ¿Vivió un momento así de rudo?
Claro, en un momento así uno queda sin armas, queda a la intemperie y son pocos segundos para que ese barco no se hunda, yo le pedí mucho a Dios en ese instante, que fue mi baluarte, que me diera lo que yo necesitaba para ganar esa batalla en ese instante y Él me dio paciencia porque yo sentí que tenía que tener la paciencia para yo saber cuál era la mejor estrategia para ganar esa batalla. Recuerdo que me relajé en minisegundos porque me estaba desesperando (ante la falta de aire) y sabía que de ese desespero me iba a morir.
Eso me pasó los dos primeros días hospitalizado, recuerdo que yo me regañaba y me decía: ‘cálmase’ y así lo logré, así fue como el cuerpo fue agarrando más fuerza y me fui estabilizando poco a poco hasta que salí.
- ¿Tuvo que depender de un respirador?
No, estuve en cama de recuperación (menos delicados) pero los ataques de falta de aire vienen en cualquier momento. Mucha gente llega al hospital ya en una condición muy crónica porque tal vez se esperan mucho, por eso cuando usted siente que necesita aire, que el cuerpo no está exhalando aire, lo mejor es irse de una al hospital porque es el lugar ideal para que lo atiendan.
- ¿En qué momento es que decide que lo mejor es ir al hospital?
Me contagié y pasé la cuarentena aquí en mi casa, los diez días. Esos días la pasé malillo, con mucha debilidad, con mucha fatiga y no respiraba del todo al 100%. Pasada la cuarentena seguí con las secuelas y cierto dolor a la hora de respirar y por recomendación de toda mi familia decidí ir a la clínica Carlos Durán para chequearme, me hicieron placas y efectivamente salí muy afectado de los pulmones y también detectaron que me faltaba oxígeno en la sangre y los médicos determinaron que me podía empeorar y estaba a punto de una pulmonía, por eso me mandaron al Calderón Guardia.
- ¿Alguien más en la familia se contagió?
Mi esposa (Janeth López) y mi hija (Yaraliz Blanco, de 18 años) también estaba con síntomas, pero más leves pero lo han sobrellevado por lo menos de una manera diferente.
- ¿Cómo lo trataron en el hospital?
Yo estoy muy agradecido con la Caja, con todo el sistema hospitalario y el personal, es extraordinario lo que hacen, ellos están dando muchísimo más de lo que les correspondería, esa parte humana la demuestran día a día, se meten de lleno con el paciente. Yo ahí me sentí en casa, como si mi mamá me estuviera atendiendo. Además, están muy comprometidos con la parte motivacional, donde le pasan diciendo al paciente: ‘de esta salimos’. Fui testigo donde ellas (las enfermeras) caen exhaustas de ese trabajo titánico que hacen día a día.
- ¿Era de los que pensaba que el virus no le iba a dar por cuidarse?
Yo soy de los que siempre he andado con mascarilla, en mi trabajo y afuera, pero me agarró, me alcanzó el virus por más que me cuidé como un astronauta. Por eso no hay que bajar la guardia, por más que uno diga que se cuida, que evita aglomeraciones, qué va, el virus está esperando el menor descuido. Yo ahorita no sé cómo me contagié, quién me lo pasó o si fue un restaurante que fui dos días antes de enfermarme con los síntomas. Yo me cuidé siempre y aun así el virus me alcanzó.
- ¿En la radio alguien más salió contagiado?
De momento, solo yo. Al menos en este nuevo episodio.
- ¿Quedó con alguna secuela?
- He avanzado bastante para bien. Se me ha incrementado mucho el apetito por dicha, y lo que es el olfato y el gusto aún estoy en etapa de recuperación.
- ¿Cuándo regresa a Omega?
Me extendieron una incapacidad por ocho días para que me recupere mejor, luego me van a llamar para ver cómo sigo, así que creo que sería la próxima semana.
Me hace una falta enorme llegar con mi voz a tantos hogares costarricenses y estoy muy agradecido con Dios por esta nueva oportunidad. Agradezco mucho a los oyentes que han estado muy pendientes y que me han demostrado su cariño.
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