Víctor De Paz, quien fuera uno de los participantes más polémicos del desaparecido programa Combate, asegura que la fama que adquirió gracias a ese espacio de televisión le jugó mucho tiempo en contra, debido a que con esta vinieron algunos vicios que le costó mucho dejar atrás.
Sin embargo, pudo más el amor por sus hijos, por su mamá y por él mismo y logró superar esos momentos difíciles de la vida.
Hoy, a sus casi 42 años, está enfocado en su carrera como cantante, además de un pódcast y su empresita de limpieza de vidrios en las alturas, donde, por cierto, son muy pocos los que se atreven a hacer un brete tan arriesgado.
La Teja conversó con él y nos contó un poco sobre su movidísima vida.
-¿Cómo entró al medio del espectáculo en nuestro país?
A los 17 años, porque mi hermana trabajaba de asistente de producción en 7 Estrellas. Ella me convocó como modelo para una pasarela de una marca de ropa, recuerdo que estaban Guiselle López, Nancy Dobles y otra gente que ya estaba en el ambiente, yo era el único desconocido.
Después me fui metiendo en ese mundo como bailarín, animador, edecán, luego entré al grupo de baile Quality y fuimos a Sudamérica, donde estuvimos en A todo Dar de Ecuador, nos transformamos en un grupo de canto y anduvimos por Chile, Bolivia, Perú, Argentina y en Ecuador nos separamos. Ya después me vine a Costa Rica donde me contrataron para Gladiadores mundialistas, luego para Combate y ya cuando salí me dediqué a mi empresa de limpieza, pero después retomé mi proyecto como cantante, ahorita estoy empezando de cero porque me hackearon todas las cuentas.
Actualmente estoy con un pódcast que se llama El show con Víctor de Paz, donde presento artistas nacionales nuevos, todo lo que hago lo pueden escuchar en mis redes sociales que salgo con mi nombre.
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-¿Cuánto tiempo estuvo en Combate?
Cinco meses, fue una experiencia muy linda porque fue como estar en mi charco, al principio me dieron oportunidad de hacer mis estrategias, yo ya había trabajado en realities en Ecuador entonces sabía cómo se manejaba eso. Ya después me cambiaron las condiciones y causó que tuviera que renunciar porque la gente piensa que yo soy un malcriado, pero fue porque me pintaron una cosa y luego me la cambiaron.
-Hubo mucha polémica cuando se fue...
Sí, porque nos habían dicho que nos iban a pagar 560 mil colones por un horario de 5 a 9 de la noche, que era mentira, porque nos llamaban de 9 a 9 y en el primer pago me llegaron 130 mil, 260 por mes, que supuestamente estaban rebajando el seguro y el INS y un día me golpeé las costillas y fui al INS y el único seguro que tenía era el de mi empresa. Eso sí, cuando renuncié ya les pusieron todos los beneficios.
Mi papel siempre fue ser maldoso o estratega, pero eso era lo que me pedían, todo estaba planificado, al final salí y según me dijeron ellos estaban resentidos conmigo, me cerraron puertas.
-¿Qué le dejó el programa?
Para serle sincero, hubo una parte del programa que me desenfocó porque me hizo entrar en vicios, mujeres, fiestas y más. Hace tres o cuatro años tuve que centrar cabeza porque estaba mal, entendí que la vida no era eso, no era lo que yo quería y aquí estoy con lo que yo quiero, que es la cuestión del canto. Hay gente que me dice que soy otro Ganoza y no, yo cantaba desde el 2004, pero estoy enfocado, sin vicios ni nada, ayudando a artistas y a quien lo necesite.
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-¿Qué tan metido en los vicios estuvo?
Perdido, desenfocado, había mucha loquera, yo me pongo a pensar en todas las cosas que me pasaron y pienso en que solo Dios me tiene vivo por todo lo que pasé. Antes lo veía como una gracia, pero eso me llevó a desubicarme totalmente, perdí el control y tuve que buscar ayuda, no me da vergüenza decirlo, ya cumplo un año de estar con la gente del IAFA y se los agradezco.
La gente piensa que es muy tuanis estar en este ambiente, pero lo que no saben es que está lleno de cosas malas para uno y la familia.
-¿Cuánto tiempo estuvo así?
Era como por lapsos, unos meses me montaba en el patín, luego trataba de salir adelante y venía la ansiedad y de nuevo, siempre haciéndole frente a mis responsabilidades, porque yo soy papá soltero de dos hijos, de Saúl que tiene 19 años y Victoria de 10 años, por suerte he contado con la ayuda de mi madre.
-¿Cómo va la empresa de limpieza porque hay que ser muy valiente para hacer eso?
Muy bien, ya tenemos muchos años con esto. Yo desde los 12 años trabajo en las alturas, gracias a Dios todo lo que hago es con respaldo y garantía y les puedo dar trabajo a otras personas.
-¿Cuál es el edificio más grande que ha limpiado?
Hay uno que se llama Paraíso en Pavas, que tiene 23 pisos. Yo lo que digo es que uno siempre debe tener miedo, porque si no se tiene, se le pierde respeto a la altura.