La supermodelo canadiense Linda Evangelista está de vuelta en el mundo del modelaje, luego de siete años de ausencia, producto de una mala intervención quirúrgica que, en su momento, aseguró que la había desfigurado y acabado con su carrera.
Ahora, la “top model” renacerá junto a una campaña de Fendi, una de las firmas de moda italianas más famosas y reconocidas en el mundo.
La norteamericana sorprendió con la noticia de que será la invitada especial del evento, a través de una publicación en Instagram, a propósito del vigésimo quinto aniversario del clásico bolso “Fendi-Baguette”, lanzado a la venta --por primera vez-- en 1997 y diseñado por Silvia Venturini Fendi.
La firma también celebrará el segundo año que se cumple desde que Kim Jones se unió la marca, como director de alta costura.
Evangelista, de 57 años, mostró su agradecimiento a Fendi por invitarla a la gala, que será en setiembre, compartiendo una fotografía donde porta la Fendi-Baguette, y una réplica más pequeña de ella, pues se trata de la ocasión en que volverá a las apariciones públicas, desde 2015, año en que se sometió a una cirugía que le cambiaría la vida.
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Durísimo
Hace siete años, Linda Evangelista se sometió a un tratamiento estético --una clase de liposucción no invasiva-- denominado como criolipólisis, el cual consiste en la reducción de grasa por medio de la aplicación de frío.
Para llevar a cabo el proceso de “congelación de grasa”, la modelo acudió a la clínica Zeltiq Aesthetics Inc. que, en esa época, tenía muy buena reputación, pues se dedicaba a este tipo de procedimientos desde el 2005.
Sin embargo, la supermodelo no contó con un proceso exitoso, ya que sufrió una serie de efectos adversos que la dejaron “permanentemente deformada” y “brutalmente desfigurada”, según sus propias palabras, publicadas en la revista “People” en 2016.
Por la cirugía, Evangelista fue diagnosticada con Hiperplasia Adiposa Paradójica (HAP), una condición que provoca que la zona --donde se llevó a cabo la cirugía-- se endurezca, produciendo uno o más bultos permanente en el cuerpo.
Las consecuencias de la HAP se hicieron notables después de tres meses de la operación.
Linda contó que se vio fuertemente afectada, ya que la cirugía provocó exactamente el efecto opuesto al prometido, pues las áreas que habían sido tratadas crecían, se endurecían y luego se adormecían.
La impresión que le generó ver que el tamaño de su cuerpo aumentaba, llevó a la supermodelo a someterse a una estricta dieta y a constante ejercicio.
“Traté de arreglarlo yo misma, pensando que estaba haciendo algo mal; llegué (al punto) donde no estaba comiendo nada, pensé que estaba perdiendo la cabeza”, recordó.
Para revertir el daño, la supermodelo fue operada entre cinco a seis veces durante 2015 y 2016 --según recuerda--, sin embargo, eso no solucionó la presencia de las pelotas por todo lado.
“Los bultos son protuberancias. Y son duros. Si camino sin faja con un vestido, tendré rozaduras hasta el punto de casi sangrar. Porque no es como un roce de grasa blanda, es como un roce de grasa dura.
“No me miro en el espejo. No se parece a mí”, puntualizó y aseguró que una mala intervención había acabado con la oportunidad de seguir desempeñándose en el mundo del modelaje.
Ella soñó con estar en las pasarelas desde que tenía 12 años y lo cumplió cuando perteneció a las denominadas supermodelos de la década de los noventa.
Demanda
En el 2021, Linda demandó a Zeltiq Aesthetics Inc. que, en 2016, había tenido un acercamiento con Linda para ofrecerle pagar las cirugías reparativas, con la condición de que firmara una carta de confidencialidad para proteger su imagen, por lo que Evangelista se negó y fue ella misma quien financió las intervenciones a las que se sometió.
Desde entonces, Linda había desaparecido de todo lo que tenía que ver con el mundo de la moda con contadas publicaciones y menos fotografías en sus redes sociales, algo muy diferente a lo que ocurrió en el pasado.