Los imitadores ticos deben andar con pies de plomo porque por hacer una gracia pueden terminar haciendo un sapo.
Al darse a conocer de que la televisora Repretel S.A. fue condenada a pagarle ¢70 millones a la traductora Eugenia Cartín Barrios por lesionar su imagen al hacer una imitación suya durante sus transmisiones de fin y principio de año en el 2017 queda un precedente.
El caso de doña Eugenia es muy específico porque es una persona no pública, pero con el anuncio de esta noticia muchos se preguntan ¿qué pasa con las imitaciones de las figuras públicas como políticos, artistas, deportistas?
Federico Campos, abogado penalista, fue muy claro al explicar que la ley también respalda a esas personalidades cuando sientan que una imitación los ofende.
“No es que ahora por esto los imitadores van a dejar de hacer su trabajo o no van a hacer más chistes. Lo pueden hacer pero deben tener claro que tienen un límite y ese límite está en que si se hace mofa o burla de la persona por medio de la imitación la figura pública puede demandar”, explicó Campos.
El experto puntualizó que la ley siempre ha respaldado a las figuras públicas solo que hasta el momento nadie se ha animado a demandar.
“Siempre ha sido así, lo que pasa es que no les han puesto freno. La ley le permite plantear una denuncia o hasta una denuncia penal por delitos contra el honor en caso de que una figura pública se sienta ofendida. Pero también, al ser figura, pública está más expuesta y debe tener más tolerancia con la crítica y la sátira. En el caso de las personalidades fallecidas, si sus familiares sienten que el nombre de la persona está siendo afectado pueden también recurrir a la vía legal”, detalló.
Quietos en primera
Rigoberto Alfaro, participante del concurso “Tu cara me suena” y que imita al exentrenador Hernán Medford, asegura que esta condena enciende las alarmas.
“El público no es el mismo de antes y con las redes sociales todo ha cambiado y la gente está más espabilada, por eso es tiempo de cuidarse y no exponerse. Como profesional saco un ratico para ver qué chistes y de qué forma voy a decir las cosas para evitar un problema", indicó Alfaro.
Norval Calvo, del programa “Pelando el ojo”, contó que ve muy difícil que una figura pública demande por una imitación debido a que está más expuesta.
“Nunca he dejado de imitar a alguien. Primero porque nunca le he faltado el respeto a algún imitado y menos porque me lo hayan solicitado. Se han molestado, sí, y han reclamado, sí, pero no como para solicitarme que no la haga nunca más”, menciónó Calvo.
“Nicho” Vargas, quien imitada a varias personalidades como Gorgojo, Emeterio y Juan Vainas, entre otros, comentó que la condena contra Repretel le sirve para tener presente que su trabajo hay que hacerlo con mucho tacto.
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“Ya uno sabe que hay muchos temas como la violencia intrafamiliar, homofobia y otros más es mejor evitarlos y más cuando se está haciendo una imitación. En mi caso, si en algún momento alguien de los que imito me llama y me dice que no le gusta que lo imite, lo elimino del repertorio. Es mejor eso que meterse en un problema incluso legal”, comentó.