Nicole “Coco” Roper recibió amablemente a La Teja este martes en la intimidad de su casa en Texas, Estados Unidos, y nos contó de la cirugía experimental que le harán mañana y de la que está confiada que mejorará su calidad de vida.
La hija de la expresentadora Lynda Díaz viene reponiéndose de otro procedimiento médico, pues el lunes le hicieron cambio de tubos; es decir, le sustituyeron la sonda que le facilita el drenaje de la orina debido a su problema en sus riñones.
Por eso la entrevista no las dio sentada en un sillón del cuarto de su bella y acogedora casa, donde podía estar más cómoda y abrigada.
Esta nueva operación será un poco más complicada que las otras, ya que confesó que los doctores experimentarán con ella, dado que el procedimiento lo harán muy diferente a lo que están acostumbrados, pues se lo harán a través de su espalda.
Comúnmente, esta cirugía la hacen por la zona pélvica, pero debido al daño que tiene en esa área, por las radiaciones que recibió para combatir su cáncer, es más complicado practicarla de esa forma.
Coco, además, reconoció que el doctor que la operará no ha hecho una cirugía así por la espalda anteriormente, pero confía mucho en sus conocimientos y en que todo saldrá bien para mejorar su condición de salud.
“El objetivo es poder tapar completamente mis uretras que llevan orina a través de la vejiga y vaginalmente. Yo todavía orino un 15 a 20 por ciento, 10 por ciento si estoy en infecciones, y esa es una de las razones por la cual tengo tantas infecciones. Sabemos que los tubos van a estar de por vida, entonces si tenemos la oportunidad de solucionar la cantidad de infecciones extendemos la vida de los tubos, hay menos cambios, cicatrización, los riñones están más saludables, entonces es como lo único que podemos hacer en este momento”, explicó.
La influencer costarricense señaló que le puso algunos “límites” al doctor, por ejemplo, que si empieza a perder mucha sangre debe parar el procedimiento o bien si nota que va a perder mucho tejido que la terminaría dañando más.
Además, reconoció que no se quiere ilusionar mucho en esta cirugía porque ya se ha llevado “golpes emocionales” en otras ocasiones cuando se despierta de la anestesia y le dicen que no se pudo hacer lo planeado porque comprometía su vida.
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Dejar el miedo atrás
La ahora escritora no oculta sentirse esperanzada y aseguró que quiere dejar el miedo atrás y que por eso intentará una cirugía más porque siente que así dejará de ir tanto al hospital y podrá sentirse cada vez mejor.
Eso sí, no oculta que es bastante aventurado lo que van a hacer, pero que prefiere no pensar en eso y enfocarse en lo bueno.
“Es un procedimiento que no se ha hecho anteriormente no tenemos como un porcentaje como lo tenía con el trasplante, hay riesgos, obviamente, como perforar los riñones, hay riesgos de taparlos y que más bien hagamos más daño en donde tengamos que meter una cosa que se llama stend, como para arreglar el daño que se va hacer al cortar tejido y poder crear ese camino, porque hay que recordar que mucho de ese tejido está pegado, las partes buenas están pegadas con las partes malas y si se corta algo que yo necesito puede crear más bien huecos grandes en donde después se mezclan sangre inclusive orines con otro tipo de líquidos y más bien es un desastre, entonces hay que tener mucho cuidado con lo que se corta”, señaló.
Coco también aseguró que su mayor temor es que le extiendan unos huecos que tiene en la espalda, por donde pasan los tubos de la orina, y que a raíz de eso tenga que terminar usando un tubo más grueso e incómodo.
Y confesó que de salir todo bien podrá hacer cosas tan simples como dejar de usar pañales y ponerse un vestido de baño, algo que la ilusiona mucho dado desde hace cuatro años cuando enfermó todo eso cambió.
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Nada de trasplante
Después de dicha cirugía solo tendrá que seguir controlando las infecciones, el dolor y cambiarse los tubos cada 8 a 10 semanas, pues según se espera las infecciones serán menos severas como hasta ahora.
Además, aclaró, que por más que lo desee los doctores ya le advirtieron que es imposible un trasplante de riñones, por lo que le tocará seguir viviendo así por el resto de su vida.
“El problema del trasplante es que todo lo que está aquí (en su abdomen) está tan acementado, tan cicatrizado, no tiene nada que ver con los tubos ni la salud de los riñones, en realidad mientras más pase el tiempo más duro se va a poner todo esto acá. Los doctores lo comparan con cemento, entonces no creo”, explicó.
Coco también habló de otros temas más personales con nosotros, pero esa parte de la entrevista se las compartiremos más adelante en una próxima publicación.
Por ahora le deseamos éxito en la cirugía, nuestra buena vibra estará con ella.