Nicole “Coco” Roper nos abrió la puerta de su casa en Texas, Estados Unidos este martes 2 de julio para hablar de su vida personal, familiar, su estado de salud y todo lo que ha acontecido con la publicación de su libro “Mírame”.
En esta segunda entrega de la entrevista que nos dio en el calor de su hogar, la influencer costarricense nos contó cómo es su vida habitualmente y lo que ha representado para su hija Ellie, de 5 años, su enfermedad.
- ¿Cómo es un día normal en su vida aquí en su casa?
A las 6:30 a.m. entra la chiquitina pidiendo desayuno, si me levanto bien, le hago desayuno. Las mañanas son muy difíciles para mí, entonces si estoy enfermita no le hago desayuno, la visto y el papá se lo hace y después ella se va para la escuela, él la lleva.
Leo mi Biblia, hago mi devocional, escribo en mis cuadernos, después respondo mi Instagram, me alisto, me hago el maquillaje, los lunes o los martes, me lavo el pelo, es como me chineo, voy y me hago las uñas y después regreso y cocino, trabajo más y voy por Ellie a las 3:30 o 4 p.m. Comemos, vemos una película, jugamos o pintamos y a las 6:30 p.m. la bañamos y a las 7 o 7:15 p.m. se duerme, es muy exacto.
La noche la tengo como para mí y ahí es cuando me conecto por internet, leo la Biblia otra vez y escribo a acerca de día, hago una lista de gratitud todos los días y me conecto a hacer live o me pongo a conversar con amigos, que es cuando más me nutro con mi gente en Costa Rica.
- La gente piensa que lleva una vida de ricos, pero dice que también hace los quehaceres de la casa.
Sí tengo a María que ha estado conmigo por cuatro años, ella viene los lunes o los martes, pero mi esposo se lava su ropa, Ellie también ya aprendió a lavar la suya, entonces nos turnamos. Ellie tiene un cuadernito de responsabilidades, entonces ella sabe que hay que ayudar y yo también hago lo que tenga que hacer, por suerte, el papá de Ellie es superordenado.
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- ¿Cómo es la dinámica cuando tiene que partir hacia el hospital?
Bueno, depende. Si es planeado para mí es más fácil porque ya planeo a dónde se va Bruno (su perro), cuándo tengo que ir a dejarlo, hago todas las compras de la casa que se necesiten, me organizo qué actividades escolares tiene Ellie; por ejemplo, hay una actividad por el 4 de julio y los papás tienen que estar ahí a las 3 p.m. y yo no puedo ir, preguntarle a Jerrod (esposo) ¿podés salir antes del trabajo?, ‘no, pero la recojo’, ok, quién la recoge tal día, la abuela va hacer esto, gracias Dios la mamá de Jerrod es una increíble abuela, entonces manejo todo en su orden.
Cuando es de la nada tengo que hacer todo eso en dos horas, entonces es muy estresante. Tengo que manejar al centro de cáncer, tengo que empacar, a veces no consigo quién me maneje y me toca ir a dejar a Bruno y manejo al hospital. Es bastante tenso, lleva mucha planificación, pero me he convertido en muy buena haciéndolo.
- ¿Cómo se toma Ellie todo este proceso?
Número uno, nos ha ayudado a ambas a tener una conexión sumamente fuerte y a tener a Dios en medio de esa conexión. Yo no crecí con Dios y siento que ayuda mucho a manejar el lado emocional. Ella ha aprendido, desde un principio yo dije que no quería ocultarle cosas, yo quiero que las vea, y si ella les tiene miedo que entienda que aunque yo siento dolor, estoy bien, si esto se ve doloroso a lo mejor no lo es, entonces desde muy niña ha estado ahí.
Al principio ella no quería estar para ciertas cosas, algunas sí, y poco a poco yo le decía: ‘¿querés intentar?’ y empezó intentando y ahora estamos en un lugar donde ella dice: ‘yo quiero hacer esto’. Hay cosas que lógicamente le dan asco y se entiende, pero es carga, no le tiene miedo a muchas cosas que creo los adultos le tendrían miedo.
A veces llora cuando estoy allá (hospital), pero creo que hay un sentido de paz de que mami va a volver, no se sabe cuándo, pero va a volver y eso trae paz.
- ¿Es Ellie la que la tiene luchando y dando la batalla todos los días?
Sí. Yo amo vivir, amo la bendición de poderme levantar todos los días, es lo primero que agradezco, todo el mundo lo dice, pero cada vez que logro besar a mi hija en la noche y estar en mi casa es ¡wow!, no hay palabras para mí.
El poder estar aquí para el resto de su vida y poder apoyarla y verla crecer es mi mayor sueño, entonces en los momentos que he dicho: ‘¿para qué seguir?’, o mucha gente me dice: ‘¿para qué sigue sufriendo?’, ‘¿por qué sigue intentándolo?’, es por ella.
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- ¿Hay momentos en los que dice ya no puedo más y quiere tirar la toalla?
Demasiados. Hace dos días fue uno de mis peores días. Claro, hay momentos muy desesperantes, hay momentos es los que digo: ‘ya no puedo’. A veces es la salud y la vida sigue con los problemas que tiene cualquier persona también están ahí, a veces estando en el hospital me levanto a ver las noticias y digo: ‘¿qué estoy haciendo?’, ‘¿para qué voy a seguir?’, ‘¿para qué sigo?’, pero ahí es cuando me voy a esas listas de gratitud.
Me siento demasiado bendecida solo por estar viva, pero por lo que he logrado en otras personas y porque sé que he ayudado a otras personas y siempre me regreso a ese propósito, a Ellie mi propósito y el amor que tengo por la vida y ya he pasado por tanto que digo: ‘mae va a pasar’.
En la tercer y, última entrega, que les compartiremos mañana, Coco nos cuenta cómo es la relación con el padre de su hija y todos los detalles de su libro “Mírame”.