Max Rodríguez, el tatuador tico que destaca en el prestigioso estudio de Miami Ink (Estados Unidos), tiene que agradecerle mucho a una clienta que le canceló una cita para tatuarse hace tres años, pues eso le cambió la vida.
El vecino de San Isidro de Heredia --de quien este jueves contamos su historia de lucha y perseverancia--, conoció al dueño del famoso estudio, el artista Ami James, en una reunión a la que casi no va.
Pero una vez que la muchacha le dijo que no llegaría, se fue para Escazú para saludar y hablar a profundidad con James y quitarse así una espinita que tenía, porque ya lo había conocido en una convención acá en Tiquicia, pero el contacto había sido mínimo.
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“Ami es un enamorado de Costa Rica y de la forma de ser del tico, dice que son de las personas más buena gente que hay en el mundo y en la convención pudimos compartir un ratito, pero no mucho, pero él tiene una memoria increíble.
“Años después (2019) fue a visitar a un amigo mío en su estudio de tatuajes y él me dijo que llegara a saludarlo, yo no podía porque estaba esperando a una clienta, que me canceló y, ojo, eso la verdad era raro, costaba mucho que pasara porque la lista de espera era larga y como no estaba haciendo nada, me fui con mi primo”, recordó.
Cuando llegaron, el artista, de origen israelí, vio los dibujos gris que el primo de Max tenía en los brazos, se sorprendió y preguntó que quién era el tatuador.
“Cuando le dijeron que era yo, me dijo, ‘pero, ¿usted no era que solo hacía color?’. Imagínese la memoria porque se acordó de mí de la convención. Después me pidió que habláramos y me ofreció ir al estudio en Miami, pero se vino la pandemia y todo se cerró, yo pensé que se me había ido la oportunidad, pero un año después le escribí y me dijo que las puertas estaban abiertas, cuando quisiera”, dijo Max.
Llegó a Miami en marzo del 2021 con la expectativa de ser tatuador invitado y un día antes de que se devolviera para Costa Rica le llegó la gran sorpresa.
“Me dijo que estaba siguiendo mi trabajo y que ellos tenían una plaza, que no se podía aplicar porque ellos lo que buscaban era gente buena, no solo tatuando, sino como personas. Me preguntó que si me había gustado y de una vez me ofreció el puesto como tatuador permanente”, contó Max.
Al tico le dieron una visa por talento extraordinario por tres años y se fue con su esposa Indira Hidalgo y su hija Irina para Miami. Ahora le tocará demostrar lo crac que es para que se la extiendan.
@maxenmiami Tatué a mi amigo @weslytattoos 🙌 la pasamos genial!
♬ original sound - Max Rodríguez
Una locura
Para entender lo que está viviendo Max, podemos compararlo con lo que ha pasado con Keylor Navas en el fútbol, debido a que ambos tocaron la cima con las manos en cada una de sus profesiones.
“La gente que trabaja aquí es muy buena, me han recibido excelente, tengo la bendición de que los ticos les caemos bien a todo mundo y me dicen que sueñan con conocer Costa Rica o que recuerdan cuando fueron, a cada rato me hablan de los perezosos”, dijo.
También cayó bien parado con James, a quien su hija ve ahora como un abuelo.
“Ami es una persona increíble, con los compas es una teja, la gente le tiene idea porque en el programa salía haciendo rol como de bravo o de serio, pero no, pasa en un puro chingue y tiene una vibra muy buena, de hecho con mi hija se hizo amiguísimo.
“Al principio no se podían comunicar porque él no habla español y a mi hija le daba miedo por la voz y el tamaño que tiene, lo ignoraba cuando lo saludaba o le quitaba la cara, de alguna forma se empezaron a comunicar y se hicieron compísimas y ahora él siempre anda preguntando por ella, le lleva regalos, es como si fuera abuelo de ella y mi hija le lleva florcitas como regalo”, relata el tico.
Es posible
Para tatuarse en ese estudio hay varios medios. Si es algo muy elaborado se puede sacar cita al correo: immaxrodriguez@gmail.com, lovehatetattooinfo@yahoo.com o en la aplicación Tattodoo, que sirve para agendar con muchos artistas en Estados Unidos.
De igual manera, si se quiere algo pequeño, también se puede ir directamente al estudio, ubicado en Miami Beach y pedirlo, pues la esencia del lugar permite que la gente pueda tener esa experiencia.
El tatuador afirma que una pieza puede andar entre 200 y 250 dólares la hora (entre 130 y 161 mil colones). Eso sí, como Max es tuanis, le hace descuento a los ticos.