La cláusula sexual, de la que todo el mundo está hablando, que le habría impuesto Jennifer López como condición a Ben Affleck para casarse, podría no ser tan interesante mucha gente piensa.
Se dice que la cantante habría hecho firmar al actor un acuerdo prematrimonial en el que le exige que mínimo deberán tener relaciones sexuales cuatro veces por semana. Esto garantizaría bastante amorcito, aunque para algunos más bien es muy poquitillo para una pareja sexualmente activa.
Según el doctor Mauro Fernández, en la sexualidad no se pueden tener este tipo de acuerdos, porque matan la esencia de lo que realmente es.
“Lo primero que hay que entender es que la sexualidad es una cosa espontánea, que surge cada día y, cuando se ponen este tipo de obligaciones, no se está entendiendo de qué se trata. Habrá momentos en la vida en que la persona tiene tres o cuatro relaciones hoy y otros en que por alguna razón lo menos que se necesita o se quiere es sexo”, comentó.
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El profesional cree que este tipo de medidas son estrictamente publicitarias, porque en la vida cotidiana las cosas no se manejan así.
“Yo estoy seguro que ellos sí saben qué es la sexualidad. Acuérdese que los estudios indican que cuando una pareja inicia, probablemente supera con creces esa cantidad (de 4 veces a la semana) y más bien una pareja de esas pensará en que es muy poquitico, yo sé de parejas que solo un fin de semana tienen unos 8 encuentros sexuales”, señaló.
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El especialista recordó que la sexualidad no tiene que ver con la frecuencia, sino con la calidad del vínculo cada vez que se da la oportunidad de darse cariñitos.
Mauro se ha topado con parejas que basan su relación solo en la parte sexual, pero ni esas tienen acuerdos como el que se rumora planteó JLo.
“El deseo y la frecuencia en una pareja tiene que ver más con lo que se hace fuera de la cama que con lo que se hace en la cama, si mi pareja me hace una chanchada o se jala una torta, pocas ganas van a dar ganas de estar con ella.
“Si la relación se basa en chichas, ofensas, agarronazos, probablemente no se va a cumplir (con los cuatro encuentros sexuales), pero por el contrario, si se tiene una relación solidaria, tierna, agradable, quizá no van a ser suficientes para esas parejas, los vínculos que están bien, no necesitan pedir nada por adelantado”, explicó.
Sorprendentes
El conocido abogado Belisario Solano ha sido testigo de casos realmente sorprendentes en los que las parejas acuerdan algunos términos que no son muy comunes.
“Quizá no son contratos firmados, pero sí compromisos en parejas. Por ejemplo, hubo un caso que para garantizar la fidelidad, un matrimonio acordó que tuvieran una relación abierta, pero sabiendo el otro cuando la persona iba a tener relaciones con alguien más. Se metieron a ser swingers (intercambio de parejas) y todo iba bien hasta que la amiga de la esposa empezó a coquetear con el marido de la otra, cometieron la infidelidad y ahí se desmangueró el contrato”, recordó.
Para Solano, de ser cierto eso de la cláusula impuesta por JLo a su futuro marido, el mismo contrato debería de reflejar cuál sería la sanción que tendrá que cumplir Affleck si no cumple.
Entre los casos interesantes que ha visto Belisario en toda su trayectoria, también recordó un acuerdo firmado por una pareja, en que el hombre se comprometía a pagar todas las cirugías estéticas que su esposa quisiera y, conforme pasaran los años de relación, ella iba adquiriendo más derechos sobre una propiedad de él. Es decir, mientras más duraran casados, ella tendría un cuerpo más esbelto y además más terrenito.
“Entre más duraran, más se incrementaba el patrimonio de ella y, en caso de una infidelidad, él perdía la casa. También se garantizaba que si por alguna razón terminaban, ella quedara bonita y bien físicamente, fue muy interesante porque es un convenio que se establece entre las partes”, agregó.
Según el abogado, los acuerdos prenupciales son muy comunes en sociedades más libres como la estadounidense, pues aquí muchas personas pelan los ojos o podrían cancelar el matrimonio si ven algún tipo de cláusula así.