El cantante Phill Marchena tiene años de andar de salón en salón poniendo a gozar a todo el mundo con sus interpretaciones.

A través de su carrera ha formado parte de orquestas como Explosión, La Solución, Son Mayor, Ruta 27, Calle 8 y actualmente es parte del dúo El Klam, es decir, gracias a su voz nunca le había faltado el trabajito, pero la pandemia del coronavirus le complicó la existencia.

En sus 28 años como cantante es la primera vez que se queda sin recibir un salario fijo y al ver que había recibos que pagar le tocó idearse un negocio para hacerle frente a la crisis económica que viven actualmente los artistas ante el cierre de salones y discotecas desde marzo anterior.

Hace como un mes el intérprete puso manos a la obra y con ayuda, principalmente de su hermana Deyanira, ideó hacer ceviche de mango para vender de modo exprés.

Como el negocito ha ido avanzando muy bien hace una semana también empezó a hacer ceviche de pescado para darle más opciones a sus clientes.

Phill es tan pulseador que a pesar de que no tiene carro se la ingenia para ir a dejar algunos pedidos en bus. Además, no le alcanza para pagarle a un mensajero.

La salvada es que un amigo le alquila el carro los martes y viernes, así que trata de acomodar los pedidos que le quedan muy largo para esos días.

“Los demás días sí tengo que ingeniármelas para ir a vender. En algunos momentos me toca ir en bus porque como apenas estamos empezando con el negocito he tenido que hacerlo de esa forma. Me ha tocado ir a Santa Ana, Aserrí o Tres Ríos para poderlos vender”, contó.

En honor a hermana

El artista explicó que en un inicio se valió de los amigos que le ha dejado la música para vender los primeros cevichitos.

Sin vergüenza alguna les pedía que corrieran la bola de que los tiene a muy buen precio y que están para chuparse los dedos con el fin de ir vendiendo un poco más.

Si ya se le hizo la boca agua, le contamos que cada tacita de ceviche de mango sale en un rojo y la de ceviche de pescado en 2.000 colones, el cual incluye las salsas de tomate y mayonesas para los que deseen. Phill es tan chineador que hasta lleva paquetitos de galletas soda por si los clientes desean acompañar el ceviche.

Como el negocito ha prosperado también pensó en ponerle un nombre para promocionarlo mejor en redes sociales y así obtener nuevos clientes.

Debido a eso le puso “Nurita”, en honor a su hermanita que falleció hace dos años y a quien de cariño le decían “Lulita”.

“Ella nació con parálisis cerebral y Dios nos dio la oportunidad de poderla tener durante 38 años y por eso es que hoy le hacemos honor a ella con el nombre”, explicó.

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Un sueño de toda la vida

El cantante contó que siempre quiso montarse un negocito así para no depender solo de la música, pero admitió que por miedo nunca lo hizo.

Según dice, ahora comprende que las cosas suceden “en el tiempo de Dios” y que quizá en otra época no le hubiera puesto el amor y la dedicación con que lo hace en este tiempo de necesidad.

Phill viaja cada semana hasta Orotina a comprar los mangos para la preparación y el pescado se lo compra a su colega Xavier Cartín, quien también se puso una venta de mariscos a domicilio para ganarse alguito en estos días que no hay toques.

“Hemos tratado de hacerlo con mucho amor, de verdad que sí, porque nos encanta que las cosas queden bien hechas y sobre todo mantener el higiene para que todo vaya como tiene que ser, no solo en la apariencia sino también con el cariño que le hemos puesto para que quede bien rico”, dijo.

El artista está muy feliz y agradecido con los amigos y colegas que le han ayudado con compras porque con eso ha podido mantener a su familia mientras vuelve a los escenarios a hacer lo que tanto ama que es cantar y poner al público a bailar.