Al cantante Luisga Loría muchos lo conocen como el vocalista de pelo lleno de colores, pantalones enormes y que pega brincos con Los Ajenos, pero muchos ignoran la historia de esfuerzo y dedicación que lleva en sus espaldas.

A los 15 años, Luisga dejó su querida Nicoya para jalar a estudiar música en el Conservatorio Castella, una decisión que le abriría las puertas del medio artístico a él y a muchos de sus coterráneos, incluido su primo Adrián Sanchún.

El ajeno y su familiar lanzaron recientemente la pieza “Azuquita pa’ mi miel”, que es el primero que graban juntos a pesar de que desde carajillos soñaban con dedicarse a la música. El tema viene acompañado de un video bastante bonito, con tomas en diferentes lugares de Guanacaste y de Chepe.

La unión se da tras muchos años de insistencia (aproximadamente 15 años) por parte de Luisga para que Adrián y él grabaran algo original.

La pieza representa un gran logro para los dos pues el camino no fue comida de tromputo para ninguno. Ellos vivieron juntos por un tiempo, al lado de otros nicoyanos y casi que dormían en la misma cama, un ratito cada uno, porque las necesidades eran grandes en esos tiempos.

“Hubo un momento en que la mamá de uno mandaba frijoles molidos desde Nicoya y de ahí comíamos cinco, todos los días con pan cuadrado y queso crema”, recordó Sanchún.

Ninguno se agüevó y aunque los caminos han sido un poco diferentes, pues Luisga se dedicó a su exitoso grupo y Adrián a presentarse en bares, ahora decidieron unirse para recordar esas lindas épocas que vivieron de chiquillos en su amada tierra.

“Empezamos como todo mundo, en el coro de la iglesia en Nicoya y cantábamos los fines de semana en las misas, luego en el colegio nos hicimos más serenateros y todos los años había festivales de la canción y quedábamos en primero o segundo lugar. Siempre nos ha encantado esto y por eso hace mucho tiempo dejamos el pueblo para dedicarnos a la música”, comentó Sanchún.

Apoyo.

Adrián reconoce que su primo ha sido un gran empuje para su carrera, nunca fue egoísta y por eso es que le ha ido tan bien con Los Ajenos y como solista.

“Mi esposa me dice que ella ve la admiración que le tengo y es porque sé lo que ha pasado y siempre ha estado ahí, no solo para mí, también para otros músicos del pueblo. Me acuerdo que al principio él tocaba en sus eventos y me iba metiendo para que la gente me fuera conociendo, eso yo no lo olvido y por eso se lo agradezco tanto”, agregó.

Mientras que Loría asegura que él le echa la mano a quien lo necesita, no necesariamente por ser familia dice que sí, pues sabe que es un aporte que hace para que la industria de la música crezca en el país.

"Creo que la música es una pasión, gracias a Dios me ha ido bien y lo mínimo que puedo hacer es ayudar a un compa y meterlo en esto, que cumpla su sueño. Yo sé lo que cuesta y por eso pienso que es importante que se vea que podemos hacer buenas cosas.

Eso sí, los nicoyanos tienen un campo especial en su corazón.

“He intentado traerme músicos de allá, gente que conocía de Nicoya y sabía que era supertalentosa, pero que no estaban explotando ese potencial. Por ahí están ‘Pityn’ Martínez (exajeno), Ramón Valle y Adrián, a los que yo les he dicho que se vengan y lo han hecho. Por dicha no ha faltado el trabajo y seguimos siendo orgullosamente guanacastecos y nicoyanos. En el pueblo en sí se siente esa alegría de que hagamos cosas juntos y salgamos adelante”, dijo.

De hecho, en la familia no solo ellos salieron con el gen de la música, el tata de Luisga y los hermanillos también se la juegan.

“Ando detrás de un hermano, Toño Loría, que también canta en bares para hacer una canción con mi papá. Las canciones y videos son cartas de presentación que uno entrega y aunque son carísimas sirven para crecer”, señaló.

Entre los planes de los primillos está hacer una presentación en Nicoya para que la gente de su pueblo escuche la pieza nueva y se sientan privilegiados por vivir en ese hermoso lugar lleno de tanto talento musical.