La muerte de Armando Manzanero a sus 85 años, por covid-19, ha golpeado al mundo de la música en Latinoamérica, donde era catalogado como un maestro y como el “Rey el romanticismo”.
Pero el artista nacional Arnoldo Castillo, más allá de lamentar la muerte de un cantante, está muy dolido por la partida de una persona a quien llegó a considerar como un papá, gracias a la buena relación que tenían desde hace más de 16 años.
“Te voy a ser franco, para mí es como si se hubiera muerto un papá, un tío o alguien muy cercano porque conmigo siempre fue muy especial”, aseguró Castillo.
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Eran muy amigos desde el 2004, al punto que llegaron a presentarse juntos en varios conciertos. Además, grabaron un disco en el 2010.
Pero su cariño iba más allá de los escenarios.
“Nos conocimos en un concierto que hicimos con la Orquesta Filarmónica y después de eso nos hicimos muy amigos, al grado de hacer el disco Encuentro, que fue lo que marcó mi carrera porque él no solo lo produjo sino que también canto conmigo y fue muy especial”, contó.
Para Castillo, el vínculo entre ambos se dio desde que Manzanero lo escuchó cantar.
“Él se impresionó mucho desde que le mandamos un disco mío de música costarricense, que se llama Dialoguemos y que es muy elegante, lleno de boleros inolvidables, entonces quedó encantado. Cuando llegó al ensayo con la Filarmónica preguntó que quién era Arnoldo Castillo y me levanté, me agarró la cara como si yo fuera el nieto y me dijo que cantaba muy hermoso. Me quiso escuchar en vivo a ver si era cierto y ya después de ahí me invitó a hacer cosas con él”, recordó.
Arnoldo, integrante de Los Tenores, asegura que le duele mucho la noticia ya que antes de que se contagiara de covid-19, su amigo era una persona bastante saludable, que se cuidaba montones y hacía ejercicio para estar como un roble a sus 85 años.
“En estos días hablaba con el representante y me decía que se estaba recuperando muy bien, pero no contaban con que los riñones le empezaron a fallar. Ya le iban a quitar los tubos, pero como él padecía de diabetes seguro le afectó más, también es que estaba mayor pero saludable.
“Era un hombre que se cuidaba mucho, muy disciplinado con sus medicinas y con sus comidas. Siempre me decía: ‘Mirá, se puede comer de todo, pero poquito’. También me aconsejaba no tomar licor y acostarme temprano, que no perdiera el sueño y por eso él era muy saludable, al punto que hasta hace poco jugaba tenis corriendo de lado a lado, era muy bueno”, agregó.
Arnoldo, hace un tiempo, hizo un video en el que muestra desde el momento en que se conocieron hasta el último concierto que hicieron juntos, que fue el año anterior en el Centro de Convenciones, como parte de un homenaje que le prepararon Los Tenores a Manzanero y para celebrar el Día de la Madre.
Esa también significaría la última vez que se verían frente a frente.
“Esa vez compartí a mi amigo con Los Tenores y fue un llenazo total, algo maravilloso y que me ayuda a no sentirme tan triste, fue un homenaje en vida, cantó con nosotros, con cada uno por separado y fue una experiencia bellísima”, recordó.
Agradecido.
A pesar de que siente tristeza, el tico asegura que se queda con un sentimiento de dulzura y agradecimiento por todo lo que compartieron juntos.
Le queda la misma sensación que cuando se murió su papá hace varios años.
“Lejos de echarme a morir, le di gracias a Dios por el tiempo que me lo prestó. Es un año duro, en que se me va una leyenda, un amigo, un inspirador y un papá, porque él fue todo eso para mí”, dijo.
Lo recordará como alguien muy divertido, sensible y muy conversador.
“En varias ocasiones me hizo parar el carro porque quería ver el paisaje o algunas flores, era muy sensible y siempre andaba contando anécdotas bastante divertidas. Pude conocer al maestro y al humano”, señaló.