El programa ¿Quién quiere ser millonario? regresó este martes a Teletica para su quinta temporada.
Con algunas novedades como videollamada en lugar de llamada telefónica, sin público, con un solo acompañante para cada participante y con un nuevo comodín como cambio de pregunta, el espacio puso de nuevo a mucha gente a comer uñas.
Destacó que los acompañantes no ayudaron mucho a los participantes. Quizá por nervios o por desconocimiento, pero embarcaron a los participantes, al menos a los dos primeros.
El primero en sentarse en la silla caliente fue Max Sequeira, quien se llevó 500 mil colones. Falló cuando le preguntaron cuál de las siguientes sustancias era conocida como la hormona de la felicidad.
Max dijo que era la progesterona, guiado por el consejo de su papá, cuando en realidad era la endorfina y no pudo continuar pulseándola.
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La segunda participante, Kimberly Peraza, también fue embarcada por su acompañante, su primo Josué, quien le dio mal la respuesta sobre la primera vicepresidenta de Estados Unidos al decir que era Hillary Clinton, cuando en realidad era Kamala Harris. Duró solo dos preguntas y se fue en blanco.
La pifia fue la parte más vacilona del programa porque Kimberly empezó a decir “Ay, Josué, ay Josué”, pero la verdad es que ella también iba a elegir a Clinton.
El tercero fue el matemático, tatuador y músico Michael Arley, quien hasta se meneó al ritmo del baile del vientre, pero solo se llevó cinco tejitas.
En esta ocasión, el premio mayor es de 30 millones de colones, por lo que hay que estar atentos a ver quién se convierte en un nuevo papudo en nuestro país.