La nueva medida anunciada por el Ministerio de Salud de que en los bares ahora solo se podrá poner música instrumental, tiene muy molestos a los cantantes nacionales, quienes ya tienen siete meses sin trabajar por culpa de la pandemia.
La gran mayoría de artistas se ganan el arroz y los frijoles cantando y tocando en estos lugares, que a partir del próximo viernes 9 de octubre podrán volver a funcionar, eso sí, bajo algunas condiciones sanitarias que no incluyen la música en vivo.
Ahora únicamente se permite que suene música instrumental o que haya un DJ, con un volumen bajo, para que las personas no tengan que hablar en voz alta ni gritar. Además, no se permite personas cantando ni bailando.
Kerling Méndez tiene 16 años de vivir de su voz y de hacer presentaciones como solista en bares, para ella han sido meses muy difíciles pues económicamente se ha visto muy afectada.
Ella hace sus presentaciones utilizando pistas, por lo que no requiere de músicos a su alrededor, por eso no se explica por qué no los dejan volver a bretear de esta manera, cumpliendo todas las medidas sanitarias y teniendo un claro distanciamiento con el público.
“En el momento que abren los bares se rompen las burbujas, y aunque se hable fuerte o bajo siempre se van a exponer a los fluidos salivales. Entonces, ¿cuál es la diferencia en que haya un artista cantando a muchos metros de distancia del resto de los clientes? Solo se permiten cuatro personas en una mesa, ¿será que esos cuatro serán de una burbuja familiar? Completamente absurdas esas medidas. Necesitamos trabajar”, dijo la cantante.
Otra de las disposiciones que emitió Salud este lunes es que en los bares debe haber una barrera física (que puede ser de metacrilato, plástico, vidrio) entre cada espacio en la barra, que garantice el distanciamiento social y la desinfección del área.
Algunos cantantes opinan que esto mismo se puede aplicar para ellos, pues al final la gente los escuchan por el parlante y no necesariamente necesitan tener contacto.
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Ángeles en el camino
Joseph Ríos, conocido artísticamente como Joseph El Salse, es otro que vivía dedicado completamente a la música y de eso comía su familia.
El cantante aseguró que él ya está resignado de que su gremio será el último en volver a bretear como antes y que ha sido gracias a la ayuda de ángeles que Dios ha puesto en su camino, que no han faltado los alimentos en su hogar.
“Como muchas personas, me ha tocado reinventarme y abrí una tienda virtual dedicada a la venta de diferentes artículos, más que todo personalizados, como regalos y cosillas así, para todo tipo de ocasiones especiales”, contó el artista quien no pierde la esperanza de volver a cantarle a su público en vivo.
La cantante Liz Soto, vocalista de la orquesta La Sonora de los Ticos, es otra que alzó su voz, y no para hacer una buena tonada, sino para reclamar por qué unos sí pueden y ellos no.
“Nuestro gremio es indudablemente el más afectado. Es ilógico que permitan abrir bares donde la gente habla, grita y hasta canta al ritmo de la música que suena en el bar, y es peor ya que la gente con sus tragos de más no vela por su bienestar ni por el de los demás”, dijo.
Por su parte, el cantante Gregory Cabrera dice que, como el virus no está controlado, no queda más que seguir esperando a que todo mejore.