Por más que Andrea Salas está acostumbrada a la vida lujosa en París, cuando viene a Tiquicia le toca bañarse un poquito de pueblo.
Eso fue lo que hizo el viernes anterior cuando aceptó la invitación de la esposa de Christian Bolaños, Jazmín Salas, para que participara en un en vivo mientras hacían alfajores.
Lo primero que nos llamó la atención es que Jaz estaba en ropa cómoda, relajada y Andre llegó bastante elegante, tal y como anda siempre en la capital francesa.
Al verla, la doña de Bola lo primero que hizo fue quitarle el saco y encaramarle un delantal rosado, pues la cocina completa es de ese color y sin eso no se puede cocinar.
Aunque batalló para ponerse la prenda, Andrea lo logró y se apuntó a aprender la receta, ya que nunca había hecho ese postre (y parece que ninguno).
Lo vacilón es que Jaz, quien se dedica a hacer postres y a dar cursos de repostería, dejaba que su amiga hiciera las cosas para que aprendiera, pero por más que Andrea lo intentaba, no sabía ni qué hacer.
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Incluso, hasta puso una taza más de harina por estar distraída en la conversación y hubo que volver a comenzar de nuevo.
Al final, en medio de un montón de risas y metidas de pata, la esposa de Keylor lo logró y de fijo apenas vuelva a su casa en París, lo intentará.
Al menos mostraron un lado que pocas veces se les ve y pasaron un rato bastante entretenido entre amigas y con sus seguidores.