Esta es una pregunta clave: ¿amas con intensidad cada minuto de tu historia, cada acción y cada paso que das?
Si queremos responder esta pregunta, el reto que tenemos es hacer una revisión profunda de las complicaciones cuando analizamos nuestra historia.
Muchas de ellas podrían ser válidas, al punto de tener que transformarlas de complicaciones a objetivos reales.
Y esto va a exigir tener que enfrentarlas, resolverlas e incluso, asumirlas, para evitar que se conviertan en hoyos negros que absorban nuestra energía y esperanza.
- Agradece
Yo he encontrado en el trabajo con mis pacientes y en mi autoanálisis, que a veces vivimos en una frecuencia de carencia.
Es decir que pasamos revisando, observando o dando espacio a lo que no tenemos, lo cual nos lleva a plantearnos como meta llenar huecos y evadir vacíos. Por tanto, nuestra atención la tienen nuestras carencias.
- Vivir en un esquema de gratitud
Se debe vivir cada día agradeciendo absolutamente todo lo que tenemos. Debemos abrir espacios para utilizar nuestros recursos personales y materiales.
Desde la gratitud podemos sentirnos enriquecidos por la vida, conectados con el amor y la esperanza.
Con una visión de siembra y cosecha abundante se preparara nuestro corazón para ver la vida con amor, mientras que, con una visión de carencia posiblemente siempre estemos en conflicto.
- Pase a las acciones
Una forma de analizar y responder a ésta pregunta es simple, pasar a las acciones y que estas sean las que nos respondan: ¿cuánto amamos nuestras vidas y con qué intensidad?
· Trabaje en cuidar su cuerpo.
· Comparta con gente buena.
· Construya momentos agradables.
· Hable bonito.
· Permítase buenas experiencias de vida.
· Perdone a los que le han hecho daño.
· Levántese con una actitud agradable.
Todo suma y se percibe en cada situación. ¿Se da cuenta lo bueno que hay en tu vida?
Su tarea diaria es responder esta pregunta.