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El exjugador de Liga Deportiva Alajuelense, Pablo Antonio Gabas, reconoció públicamente que su colega Alonso “El Mariachi” Solís lo metió en un broncón con su esposa y los vecinos y que por eso estaba “vetado” de llegar a su casa.
El exmanudo estuvo de invitado en el programa Vis10n de este viernes junto a su excompañero de equipo Pablo Izaguirre donde compartieron varias anécdotas con Andrey Campos y Atim Roper. Solís no llegó al programa.
El excentrocampista alajuelense contó que a inicios de pandemia, cuando era compañero del “Mariachi” en Conexión Fútbol, hicieron una fiesta en su casa en Santa Bárbara de Heredia y que un principio todo era en plan tranquilo para que él les hiciera un asado.
Además, de que habían quedado que Solís cantaría un ratito para matizar la noche.
El Capi contó que para empezar Alonso le empezó diciendo que llegaría un compa con las tumbas para acompañarlo en la cantada y que al rato le dijo que llegaría otro con la batería y otro más con más equipo.
Lo más curioso es que mencionó que el exjugador morado llegó pasadito de tragos a la fiesta.
“Alonso Solís empieza a putear a los vecinos (por el micrófono) y decía: ‘le está hablando Pablo Gabas’, hablaba como argentino y madreaba a los vecinos, ya él estaba (enfiestado), y mi señora así (hace señales de que corte)”, mencionó.
El exfutbolista agregó que tras de eso cuando ya se habían ido todos los invitados a Alonso no le prendió el carro e insistía en quedarse a dormir y que su esposa Dayana Guillén a los lejos le hacía caras de que no.
“Tenía como año y medio de no ir a casa. Cada vez que veía a mi señora le decía: ‘Dayana, está todo bien, me voy a portar bien. Fue una cagada tremenda”, dijo entre risas Gabas.
Atim recalcó que esa noche estaba en casa de un amigo muy cerca de donde vive el ahora comentarista deportivo y que él escuchó el desmadre que se tenían.
El excapitán manudo contó que su señora estaba como los diablos porque para variar el encargado de poner el sonido llegó con una discomóvil, en pleno inicio de la pandemia, cuando se suponía que era plan tranquilo.
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“A mi señora lo que más le molestó fue que el loco empezara a putear a los vecinos y los vecinos llamaban a casa, ‘¿qué está pasando?’”, dijo Gabas.
Para suerte del “Mariachi” ya Dayana lo perdonó, pero quién sabe los vecinos del Capi, lo que es un hecho es que Gabas quedó curado y no lo volvió a invitar.
