Poco a poco el nombre del actor costarricense Gary Centeno va sonando fuerte en México, ya sea en redes sociales, televisión y en teatro, un sueño que le costó 13 años empezar a cosechar, pero que desde el primer día en territorio azteca pagó el rudo precio.
Gary, quien tuvo un 2024 de ensueño al ser contratado como parte del reality de Telemundo Top Chef Vip y posteriormente en la serie La Jefa, de la misma cadena, nos abrió las puertas de su casa hace unas semanas, en donde pudimos comprobar que no todo ha sido color de rosa, pero que las ganas de sobresalir y demostrar que en Tiquicia hay talento, pueden más que cualquier obstáculo.
El tico, de 37 años, nos reveló lo duro que la pasó desde que puso un pie en suelo azteca. Incluso, pensando en la posibilidad de devolverse a su querido San Carlos desde ese mismo día.
Su sueño comenzó en el 2011, cuando un amigo lo motivó a dar un paso adelante en su carrera. En ese momento, había sido parte del programa Ondivedu, de canal 9, y a su vez bailaba con el grupo de Ladies Night Factor X.
A Gary le recomendaron un representante, quien supuestamente tenía toda la experiencia del mundo y lo podía convertir en una estrella. Este le pidió que apenas pudiera, agarrara maletas y jalara para México.
Centeno no lo pensó mucho, vendió su carro y todos sus chunches y se fue a vivir su gran sueño.
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“Cuando llegué fue una de las experiencias más duras y terroríficas de la vida, porque este mae sí es manager, pero al final, quería que me acostara con él. Fue algo muy feo, porque ese fue mi primer día en México, él me explicó todo lo que podía hacer por mi carrera y sí, tenía los contactos en el CEA de Televisa, incluso hasta me ofreció el apartamento para que me acomodara porque él se iba de gira seis meses con un grupo que manejaba.
“Yo solo pensaba en que ya la había hecho, porque tenía casa, escuela de actuación y representante, pero me topé con esa mala suerte, fue como una escena de cine, porque en medio de la conversación profesional hizo cosas que dejaron claro que iba por otro lado el asunto”, reveló el tico.
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Gary afirmó que él de una vez lo hizo frenado en seco, quedó en shock, pero trató de no demostrarlo.
“Yo me puse muy nervioso, pensaba en que no viajé desde Costa Rica para esto y segundo que no era gay y aunque lo fuera, eso no estaba bien, cuando hablamos por Skype nunca me dijo nada, fue curioso porque hasta que llegué acá fue que sacó las garras, al decirle que no estaba interesado, intentó agarrarme del cuello y darme un beso, estuve a punto de golpearlo, pero pensaba en que estaba en otro país y solo”, contó Centeno, quien al recordarlo hasta se le puede sentir la frustración y cólera del momento.
La situación estaba muy tensa, el costarricense trató de calmarse y le dijo al tipo que se iba a ir y que regresaba al siguiente día para ver si la cosa cambiaba y hablaban únicamente en tono profesional.
“Cuando llegué a la puerta para salir, el mae me llamó y yo pensé: ‘pucha, qué bien, recapacitó' y me dice: ‘yo pensé que querías ser actor’”, recordó.
Gary no niega que en algún momento, por la desesperación y el nerviosismo que vivía al sentir que todo el castillo que tenía en su cabeza se desmoronaba, llegó a pensar en aceptar, pero sus valores pudieron mucho más.
“Pensé: ‘ok, este es el precio que tengo que pagar, pues lo pago. No voy a ser el único ni el primero y el que me juzgue allá él’. Eran un montón de pensamientos en segundos, pero también entraron los valores de mi mamá, pensaba que no tenía por qué hacer eso y hubo algo en mí que dijo: ‘no’”, afirmó el actor.
Con el paso del tiempo se ha ido dando cuenta que esta es una práctica muy común en ese mundo de la televisión, pero se enorgullece de haberse mantenido fiel a los principios que le inculcó su mamita.
Ayuda
Por su mente solo pasaba devolverse a Tiquicia, pero el ego y la tristeza lo sostenían.
Se fue para una cafetería para pensar y mientras veía Facebook le salió una publicación de una amiga, quien vivía en México desde hace un tiempo, fue como Dios hablándole y dándole una luz para seguir luchando.
“Fue Dios, de una vez le escribí, pasaron como tres horas y me contestó, le expliqué lo que me pasó y me mandó un uber. Fui a la casa, casi llorando del coraje y ella me preparó, me dijo que era algo de pan de cada día aquí, me dio como una cachetada y me mandó a buscar brete, a ir a agencias de modelo, de actuación. A la primera que fui, me topé con el dueño, que me dijo que fuera a su oficina, vio algo en mí y me ayudó a sacar los papeles”.
En ese tiempo, Gary trabajó como bartender en un bar gay y de edecan en un supermercado, mientras se le daban las oportunidades.
A la fecha ha hecho más de 100 comerciales, un montón de obras de teatro, series, realities y tiene el cielo como límite.
Gary actualmente está casado con la actriz Lorena Del Castillo y tiene una hija, a su pequeña Luna, que es una cosita realmente bella y quien lo motiva a seguir luchando.