Pablo Segura, narrador de TD Más, vivió este sábado un momento que ningún profesional desearía.
En medio de la narración de la mejenga de la liga de ascenso entre Cariari y Golfito, al también periodista le anunciaron que su abuelito materno falleció. Un golpe que nadie quisiera llevarse y menos cuando se está en una transmisión en vivo.
Como buen profesional que es, Pablo tragó grueso e intentó terminar la narración de la mejor manera, con el apoyo de su compañero Claudio Ciccia.
Segura despidió este domingo a su abuelito, don Luciano Solano Gómez, con la satisfacción de que pudo hacerlo sentir orgulloso, no solo por el trabajo que hace, sino por la persona que es.
El comunicador nos compartió cómo afrontó ese duro momento.
-¿De qué falleció su abuelo?
Murió a los 84 años y ya venía con problemas pulmonares y del corazón, ya venía bastante delicado. Estaba siendo cuidado por una de mis tías en Cartago, pero tuvo algunas complicaciones. El viernes se puso más delicado y lo pasaron al hospital de Cartago, lo tuvieron internado y ayer (sábado) se puso peor.
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-¿Cuándo le dijeron que había muerto?
En el medio tiempo del partido mi mamá me dijo que iba para el hospital porque estaba agonizando, ya a las ocho y media me mandó un mensaje de que ya había fallecido, a mí todavía me quedaban algunos minutos de la transmisión. Me puse frío y le hice señas a Claudio y él me devolvió un gesto de solidaridad.
-¿Cómo hizo para seguir?
En el medio tiempo le dije a Claudio lo que pasaba y me dio apoyo, pensé que había que seguir con la transmisión y había que hacerlo de la manera más profesional, aunque la mente estuviera en otro lado, de alguna forma como homenaje hacia él.
-¿Por qué?
Mi abuelo fue muy apasionado de los deportes, fue directivo de la Federación de Fútbol, también de ligas menores y de varias cosas, hizo de periodista, siempre relacionado con el deporte.
-¿No dijo nada en la transmisión?
No, no quise decirlo y ya una vez que terminó todo, compartí una foto de él en Facebook cuando lo llevé a conocer el nuevo Estadio Nacional, en enero. Eso fue como regalo de cumpleaños, le di una sorpresa con la gran ayuda de Ricardo Chacón y disfrutó muchísimo, ahí me estuvo contando muchas anécdotas del viejo estadio, eso me llena de mucha satisfacción, que lo conociera.
-¿Qué hizo al terminar?
Me quedé esperando a ver qué me decían, ya mi familia se había ido para Cartago, yo me vine a mi casa porque hoy (domingo) me tocaba hacer los trámites de la iglesia y el cementerio. Ya también pude ir a la casa de ellos a despedirme y en la tarde se le va a enterrar en el cementerio Obrero.
-¿Le tocaba trabajar?
No, por dicha estaba libre, Dios acomodó todo para eso.
-Es un golpe que nadie quiere llevarse y menos en una transmisión en vivo...
Es parte de, creo que hay que seguir de la manera más profesional. Él siempre me apoyó y se sentía orgulloso de lo que yo hacía, fue muy doloroso pero es un impulso para seguir haciendo las cosas bien, recuerdo que él me regaló una grabadora con la que él trabajaba y me dio muchos consejos, también cuando don Javier Rojas estaba vivo le mandó uno libro para que don Javier lo viera, porque se conocían, entonces el recuerdo que me queda es muy lindo.
-¿Le queda la tranquilidad de esos momentos juntos?
Sí, disfruté mucho con él, hace unos meses fui a verlo y para llevar a mi mamá, que no podíamos por lo de la pandemia y disfrutamos esos ratitos, me queda la felicidad de que también conoció el estadio y que fue una alegría grande para él.