El 2023 no para de movérsele a Glenda Peraza, quien se enfrentó este miércoles por la tarde a una verdadera zozobra con su perrita Coco, debido a que un sapo envenenó a la mascota y la dejó al borde de la muerte.
La situación sorprendió a la expresentadora de televisión en unas fachas bastante comprometedoras, pero a ella no le quedó más remedio que salir como estaba, porque era pegarse el color o la vida de la peludita.
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Por supuesto que ganó Coco y este jueves Glenda confesó que la emergencia la sorprendió sin nadita de ropa interior y que así se tuvo que ir directo al veterinario.
“Estaba en medio de peinarme porque tenía que ir a grabar dos contenidos para dos clientes, y tenía la mitad de las ondas hechas y la otra mitad lacias. Me fui con el primer ‘chuica’ que me encontré, sin calzones y sin brasier, me hice una cola y así nos fuimos”, mencionó Glenda en una historia que compartió en Instagram, donde se refirió al doloroso momento que vivieron.
La empresaria califica como una tragedia lo que vivieron con su perrita, por eso ella considera como milagro de Dios que siga con vida alegrando su familia.
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“Fue tan trágico, tan trágico, tan trágico”, consideró Peraza. “Coco es el alma de la fiesta, siempre está feliz y pendiente, todo lo entiende y le estamos dando gracias a Dios por este milagro, porque para nosotros fue un milagro”.
Glenda mencionó que su hija Kiany Berry estaba bastante afectada por la situación y que ella le tuvo que decir que se preparara para lo peor, porque el veterinario no les aseguraba que la perrita viviera.
“Le pusieron una vía, le pusieron un tubo, un montón de medicamentos. El doctor nos dijo que había que dar tiempo, porque Coco no pesa ni kilo y medio, es muy pequeña y era muy posible de que muriera y el doctor nos dijo que había que dar tiempo. Cuando salimos de la veterinaria le dije a Kiki que se preparara, pero era tanto el llanto que no podíamos creer que eso estaba sucediendo”, detalló Peraza.
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Lo peor de todo y lo que tiene más intranquila a esta familia es que el veterinario le advirtió que una vez que probaban sapo, los perros se hacían adictos a ese animal, entonces tienen que andar “ojo al Cristo”.
Ese sustote se suma a los sinsabores que ha tenido el 2023 para Peraza. En este año ella también fue víctima de una estafa en la que le robaron sus ahorros de toda la vida.