Han pasado cuatro décadas desde que Bob Marley, ícono del reggae, muriera a los 36 años víctima de un cáncer de piel.
A pesar que el tiempo ha transcurrido, Marley sigue siendo la voz de los desposeídos, y perduran el espíritu de protesta y la moral de sus canciones, como “One love,” “Redemption song” y “I shot the sheriff”.
Algunos de sus temas, considerados himnos de paz y lucha, esperanza y descontento, aún suenan en todo el mundo, especialmente en su natal Jamaica.
“Se dice que las estrellas que más brillan a veces no arden tanto tiempo y, en gran parte, Bob Marley fue nuestra estrella más brillante; logró mucho en un corto período de tiempo”, dijo Judy Mowatt, miembro original del influyente trío I -Threes, cuyas voces acompañaron a Marley.
“Mirando hacia atrás ahora, creo que en muchos sentidos, se adelantó a su tiempo”.
“Sus palabras han sido proféticas, era un hombre que creía en todo lo que cantaba, no eran solo letras y música”, dijo Mowatt.
El dinero no compra la vida
A Marley le diagnosticaron un melanoma lentiginoso acral debajo de la uña del pie cuando sufrió una lesión jugando al fútbol en 1977.
Rechazó las recomendaciones de los médicos de amputar el dedo afectado, un procedimiento que violaba su férrea fe rastafari.
“Los Rastafaris no debemos permitir que separen una parte de nuestro sagrado cuerpo”, dijo en aquella ocasión.
Mientras estaba en Nueva York en 1980 para realizar dos actuaciones en el Madison Square Garden, Marley se derrumbó mientras corría en Central Park.
Fue ingresado de urgencia en un hospital, donde los médicos descubrieron que el cáncer se había extendido al cerebro, a los pulmones y el hígado.
Marley actuó por última vez en Pittsburgh el 23 de septiembre de 1980. No mucho después, acortó su gira y se sometió a meses de tratamiento alternativo contra el cáncer en Alemania.
De camino a su casa en Jamaica para recibir uno de los premios más importantes de su país, la Orden del Mérito, el estado de Marley empeoró. Aterrizó en Miami para buscar tratamiento de emergencia.
“El dinero no puede comprar la vida”, le dijo -según trascendió- a su hijo Ziggy desde la cama del hospital antes de su muerte el 11 de mayo de 1981.
El 40 aniversario de la muerte de Marley tiene un significado particularmente especial, ya que este año murió Bunny, el último miembro original de The Wailers.
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Enterrado junto a su guitarra
Marley tuvo un funeral de estado en Jamaica el 21 de mayo de 1981, en el que se combinaron elementos de la tradición etíope ortodoxa y rastafari.
Fue elogiado por el exprimer ministro Edward Seaga y enterrado, junto a su guitarra, en una capilla cerca de su lugar de nacimiento.
En la década de 1960, el grupo Wailers ayudó a transformar el reggae, con sus intensas líneas de bajo y batería, en un fenómeno global.
El género, que surgió de los estilos ska y rocksteady de Jamaica, también inspirado en el jazz y el blues estadounidenses, ha influido en innumerables artistas e inspirado muchos estilos musicales nuevos, incluidos el reggaetón, el dub y el dancehall.