Teresita Solano y su esposo, Rafael Montero, viven una terrible angustia porque sospechan que el funcionario que aparentemente fingió poner una vacuna a un adulto mayor en La Unión, también podría haberlos engañado a ellos.
Teresita Solano y su esposo, Rafael Montero, viven una terrible angustia porque sospechan que el funcionario que aparentemente fingió poner una vacuna a un adulto mayor en La Unión, también podría haberlos engañado a ellos.