La expresión “tenemos que hablar” después de la ruptura, a veces tiene muy poco sentido y nos sujeta a ciclos de complicación que poco aportan a nuestro bienestar emocional.
La expresión “tenemos que hablar” después de la ruptura, a veces tiene muy poco sentido y nos sujeta a ciclos de complicación que poco aportan a nuestro bienestar emocional.