Una chiqutia de ocho años, con una petición escrita de su puño y letra en una hoja de cuaderno, la cual califico más como una súplica, recurrió a la Sala Cuarta, para exigir su derecho a la justicia pronta y cumplida. El caso es una dramática demostración del soberano atraso en la administración de justicia y sus perjudiciales efectos sobre las víctimas.
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"Aunque mi pregunta haya sido tonta, o no, me tenía que responder a tiempo y ahora como no lo hizo les va a tener que responder a los Tribunales", dice Claudio Cabezas, quien presentó el recurso.