En India, los maleantes afirmaron que “no habían podido dormir, comer ni vivir en paz” desde su robo del 9 de mayo.
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No hay duda que la mente puede jugarnos muy malas pasadas y hacernos sufrir no solamente mientras estamos despiertos, sino incluso en nuestros sueños, cuando estamos más vulnerables.
Todo era de terror, sobre todo cuando uno sabe del potencial empresarial de Guanacaste que con buena cabeza y seriamente administrado sería más competitivo. Ojalá que esta pesadilla no las tengan mis compas en Liberia.