Ni siquiera el guionista más carga podría darle forma a una historia como la de Paul Denyer, un asesino en serie australiano que mató a tres mujeres porque odiaba su género
Ni siquiera el guionista más carga podría darle forma a una historia como la de Paul Denyer, un asesino en serie australiano que mató a tres mujeres porque odiaba su género