Paola, de 33 años, dice que desde el momento en que recibió la noticia de la muerte de su prometido, sintió que también se acababan sus ganas de vivir, sin embargo, con el pasar del tiempo ha ido aprendiendo a vivir sin su gran amor.
Paola, de 33 años, dice que desde el momento en que recibió la noticia de la muerte de su prometido, sintió que también se acababan sus ganas de vivir, sin embargo, con el pasar del tiempo ha ido aprendiendo a vivir sin su gran amor.