El pulseador de 32 años, es vecino de San Sebastián y vivió hace unos días una experiencia muy dura ya que por no tener trabajo no pudo pagar las dos pensiones alimentarias que tiene y fue a dar a la cárcel la Reforma.
El pulseador de 32 años, es vecino de San Sebastián y vivió hace unos días una experiencia muy dura ya que por no tener trabajo no pudo pagar las dos pensiones alimentarias que tiene y fue a dar a la cárcel la Reforma.