El peludito, al que en La Teja bautizamos como Reformita, protagonizó una persecución de película, ya que durante cinco horas 8 uniformados tuvieron que sudarse la chaqueta para echarle el guante.
El peludito, al que en La Teja bautizamos como Reformita, protagonizó una persecución de película, ya que durante cinco horas 8 uniformados tuvieron que sudarse la chaqueta para echarle el guante.