Para Mónica Espinoza Rodríguez, de 40 años, no había alegría más grande que enseñarle la palabras de Dios a los niños, por eso es que amaba ser maestra en la escuelita dominical de la iglesia Generación de Campeones.
Para Mónica Espinoza Rodríguez, de 40 años, no había alegría más grande que enseñarle la palabras de Dios a los niños, por eso es que amaba ser maestra en la escuelita dominical de la iglesia Generación de Campeones.