Esta tradición consiste en que los motorizados, sin moverse del lugar, aceleran sus bichas lo más que pueden para provocar un fuerte ruido que, según ellos, suena como un lamento.
Esta tradición consiste en que los motorizados, sin moverse del lugar, aceleran sus bichas lo más que pueden para provocar un fuerte ruido que, según ellos, suena como un lamento.