Al parecer al artillero del Monstruo se le olvidó que estaba en pleno juego y pensó que Díaz era un bisté encebollado porque le dejó ir los dientes sin pensarlo.
Al parecer al artillero del Monstruo se le olvidó que estaba en pleno juego y pensó que Díaz era un bisté encebollado porque le dejó ir los dientes sin pensarlo.