La ilusión de Cali Muñoz por clasificar al World Tour fue la misma que cuando se levantaba la mañana de navidad a ver el regalito que le había dejado Colacho o el niño Dios como le llamaba, un momento de felicidad total.
La ilusión de Cali Muñoz por clasificar al World Tour fue la misma que cuando se levantaba la mañana de navidad a ver el regalito que le había dejado Colacho o el niño Dios como le llamaba, un momento de felicidad total.