Sus voluptuosas camareras vestidas con diminutos uniformes regalan sonrisas y contención a los hombres que los visitan cada día, un ritual que ha escapado a la presión de los movimientos feministas.
Sus voluptuosas camareras vestidas con diminutos uniformes regalan sonrisas y contención a los hombres que los visitan cada día, un ritual que ha escapado a la presión de los movimientos feministas.