El OIJ le puso fin al negocio de dos violentos cobradores que seguían sacándole el jugo a los préstamos dados por su jefe, quien fue asesinado a balazos junto a tres de sus amigos mientras estaban dentro de un bar en San Ramón.
El OIJ le puso fin al negocio de dos violentos cobradores que seguían sacándole el jugo a los préstamos dados por su jefe, quien fue asesinado a balazos junto a tres de sus amigos mientras estaban dentro de un bar en San Ramón.