Un Pontiac Grand Prix del año 82 es la adoración de una familia amante de los autos clásicos.
Etiquetas autos clásicos
Auto de vecino de San Sebastián impacta por donde ande.
Dueño de joyita: “Restaurar un carro es una carrera de resistencia para la billetera y la paciencia”
Chuzo de 1957 está reservado para una persona muy especial