Alicia Umaña, de 21 años, aprendió desde muy pequeña que el nacer sin manos la hacía alguien especial y que no se trataba de una limitación para luchar por sus sueños.
Alicia Umaña, de 21 años, aprendió desde muy pequeña que el nacer sin manos la hacía alguien especial y que no se trataba de una limitación para luchar por sus sueños.