Aimara Rubides Sánchez, de 18 años, vestía una blusa verde musgo y una enagua blanca con estampado de flores la última vez que su mamá, Evelyn Sánchez, la vio con vida, pues pocos días después fue asesinada por el hombre con el que apenas tenía 11 días de casada, quien también se quitó la vida.