Nadal divide su existencia entre esa normalidad que busca en su refugio de Mallorca, donde le gusta sentirse “una persona normal”, lejos del trato de superestrella mundial que recibe durante sus viajes por todo el mundo
Nadal divide su existencia entre esa normalidad que busca en su refugio de Mallorca, donde le gusta sentirse “una persona normal”, lejos del trato de superestrella mundial que recibe durante sus viajes por todo el mundo