Si usted ha pasado por Alajuelita recientemente es probable que se haya se ha topado a Nayeli Álvarez González, una madre de 26 años, que se dedica a vender mamones en su pick-up sin importar el sol o la lluvia con el objetivo de pagarse su costosa carrera de aviación.
Ella nos contó que la espinita de estudiar aviación nació en el 2020 con la muerte de su primer hijo, Sebastián, quien tenía una grave condición.
“Mi bebé tenía una condición llamada gastrosquisis, (la formación de órganos que se desarrollan fuera de la pared abdominal). Solo unos segundos luego de nacer fue llevado de emergencia a la UCI del hospital San Juan de Dios, pues no estaba respondiendo”, comentó Nayeli.
Esta vecina de Tejarcillos de Alajuelita explicó que su bebito, al haber tenido expuestos sus órganos tanto tiempo, el líquido amniótico había obstruido sus intestinos, por lo que vivió solo siete meses en el Hospital de Niños.
“Cuando Sebas cumplió aproximadamente cinco meses y medio, una bacteria empezó a alojarse en su cuerpo y para los seis meses iniciamos con la parte más difícil, su estancia en el hospital, ya que la bacteria le habría provocado raquitismo (enfermedad metabólica) y ya no había más que hacer que mantenerlo medicado para que no sintiera dolor”, detalló la joven.
La soñadora nos contó que todo el proceso de su bebito fue muy difícil, hasta el punto que llegó a pensar que sus fuerzas se habían acabado y ya no podía más.
“Justo cuando estaba a punto de dejar todo, me di cuenta una mañana que estaba embarazada de una bebé arcoíris (niño que nace luego de una pérdida), Emma, mi hijita de tres añitos, quien llegó para salvarme la vida y sé que fue mi primer hijo que le pidió a Dios que me diera el milagro de tenerla entre mis brazos para tener un motivo por el cual salir adelante”, agregó.
Álvarez, con ganas de salir adelante, nos contó que a inicio de este año decidió que era hora de iniciar su carrera profesional, ya que nunca había estudiado.
“Estaba indecisa entre estudiar Medicina o Aviación; siempre tuve claro que quería algo que me hiciera sentir cerquita de Sebas”, comentó.
Esta emprendedora contó que se convenció de la aviación un día que fue a visitar a su hermana a Alajuela y tuvo que pasar por el aeropuerto.
“Cuando pasamos por el aeropuerto nos quedamos viendo los aviones despegar y aterrizar y fue desde ese momento cuando supe que eso era lo que quería hacer el resto de mi vida y que me haría sentir más cerquita de mi ángel”, confesó.
Después de este momento se matriculó en una escuela de aviación, donde le iba bien con sus clases, pero la cosa se complicó siendo mamá, ama de casa, y trabajando en la verdulería que tiene su papá, ya que no le rendía la platica para pagar.
“Las cosas se me complicaron, me estaba costando mucho juntar el monto total para el pago de las mensualidades y supe que sería más difícil cuando tuviera que empezar mis horas de vuelo, las cuales son bastante costosas”, dijo.
La Capi tica, como ella misma se nombró cuando ingresó a la escuela de aviación, no se rindió, y comentó que agarró un pick-up que hay en su casa y se fue a Cenada a comprar mamones.
“Ese día compré cincuenta kilos de mamones chinos y al día siguiente, sin vergüenza y sin miedo, me tiré a la calle por el parque de Alajuelita para venderlos”, confesó.
Esta valiente mujer nos reveló que sus días inician a las 7 de la mañana, cuando se alista para abrir la verdulería de su papito, don Kleyber Álvarez, con quien trabaja.
“Después de estar en el negocio, salgo a la calle a vender los mamones, en la tarde recibo clases y cuando no tengo clases aprovecho para hacer trabajos y pasar tiempo de calidad con mi hija, Emma.
“En la noche me voy para Cenada, para salir en la madrugada, llegar a descargar y aprovechar dormir las horas que me quedan antes de iniciar con la misma rutina diaria”.
Nayeli cuenta que ella no descansa ni los domingos que entrecomillas es su día libre.
“No se descansa, de hecho, los domingos son uno de mis días favoritos porque es cuando voy a la feria de Zapote a ayudar a un amigo a vender bananitos criollos. Es cansado, pero es la única forma de continuar mis estudios”, detalló.
Confesó que a pesar de que todo iba caminando bien, hace unos días tuvo que poner en pausa su sueño (congelar las materias), ya que no había logrado juntar todo el dinero de la mensualidad.
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La Capi tica se dio a conocer hace poco, por un video que se hizo viral, el cual conmovió a más de un tico y gracias a eso, esta joven soñadora ha logrado levantarse y reunir algo de platica para su gran sueño.
“Muchas personas me han dado palabras de aliento y día a día me motivan a avanzar un escalón más”, concluyó.