Hernán Soto Muñoz es un emprendedor tico que ha logrado cautivar a los habitantes de los Hatillos y alrededores, con su delicioso patí caribeño, un platillo lleno de sabor que transporta a quienes lo prueban directamente a la paz, la tranquilidad y la buena vibra que se vive en esa zona de nuestro país.
Soto, con su receta única, ha logrado conquistar a cada uno de los vecinos de su barrio (Hatillo 2) y poco a poco ha ido convirtiendo su negocio en un verdadero éxito. Este pulseador habló con La Teja y nos contó su inspiradora historia.
Hernán, de 48 años, estuvo en Colombia durante dos décadas; allá se especializó como técnico en refrigeración y electricidad; sin embargo, decidió volver a su natal Tiquicia donde pensó que las cosas le serían un poco más sencillas debido a su gran experiencia, pero la historia fue otra.
“Volví en febrero de este año, y me puse a pensar que tal vez con mi profesión y experiencia de técnico y electricista me iba a colocar rápido, pero no fue así”, detalló.
El pulseador contó que, a pesar de que su currículum es muy bueno, le ha costado conseguir brete, ya que él no tiene licencia de moto ni de carro porque le da miedo manejar.
“Cuando me vi sin trabajo, empezaron las preocupaciones porque, como todos, tenemos gastos y yo tengo que colaborarle a mi hijo que vive en Colombia y está estudiando; además, me tengo que hacer cargo de los gastos de la casa”, detalló.
En un momento, Soto entró en crisis por la falta de trabajo, entró en un centro de distribución, donde duró poco debido a los horarios esclavizantes.
“Ese trabajo no era para mí. Pero un día tomé la decisión de ver qué tenía en la casa y bueno, vi que estaba la cocina y los utensilios y un día mi hermano me regaló una canastita como de coger café y lo primero que me imaginé fueron unas tortillas palmeadas con queso. Me puse a hacer y a vender y así estuve como por un mes.
Con las tortillas tenía buena clientela, pero confesó que tenía una gran competencia: las adultas mayores a las que les encanta hacer tortillitas. Por eso tomó la decisión de dejarlas para ver qué nuevo hacía.
“Yo necesitaba algo que no tuviera competencia. Y un tío me dio la idea de iniciarme en el mundo del patí; él me enseñó a hacerlo porque estuvo casado con una limonense que se las sabía todas y aprendió muchas recetas”, comentó.
Compraron los materiales y después del ¡manos a la obra!, todo fue un éxito.
“Empecé a estudiar la masa, quería que fuera algo diferente y que a la gente le gustara, hasta que di con la receta que tengo”, agregó.
Su recetas es deliciosa y muy original, pues al probarlo se siente un crocantico que pocos patís tienen. Es sencillamente delicioso.
“Al inicio es muy duro empezar con el negocio, abrir la clientela, pedidos, compras, pero con fe uno sale”, dijo.
Para Hernán, su trabajo es satisfactorio, ya que contó que una vez que las personas prueban el patí no hay marcha atrás y quedan más que enamorados.
“A la persona que le gusta el patí y lo prueba, queda encantado. Con este producto yo pasé más de un mes haciendo mezclas para dar con el punto, y el secreto de la receta es ese ponerle entusiasmo y amor a cada uno de los paquetitos”, confesó.
Hernán vende su delicioso producto con dos patís por mil colones y eso es otra de las cosas que le gusta a la gente, el precio.
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“A mí como consumista me gusta que me den algo bueno, pero que no tenga que pagar una barbaridad, pero yo sé que también hay gente que no tiene la accesibilidad para pagar más de mil colones, por eso el precio, así nos ayudamos todos”, agregó.
Este emprendedor contó que le gusta ofrecer calidad, por eso se levanta a las 4 de la mañana para empezar a hacer el patí y entregarlo fresco en el transcurso de la mañana; además, agregó que también hace tandas de patí en la tarde.
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“Yo creo que con el negocio del patí no voy a buscar otro trabajo, porque tengo expectativas buenas. Quiero hacer una pequeña empresa en Hatillo 2, generar empleo para otras personas y ver si me uno junto con mi mamá para vender pan casero, que ella también tiene una receta muy buena”, detalló.
Este pulseador tiene sus rutas bien marcadas; por ejemplo, los martes va a Hatillo 2, en la tarde Hatillo 8, los miércoles en la mañana pasa por Hatillo 8 y en la tarde Hatillo 1, los jueves va a Hatillo 3 y la tarde a Sagrada Familia, y así va repitiendo los lugares. Además, también es bien apuntado a ir a eventos donde pueda vender.
“La persona que me pida un paquete de patí en Hatillo, yo se lo llevo; ya si es en algún otro lugar, podría ir por un costo adicional o bien que pasen a recogerlo”, agregó.
También, cuando a una empresa llega el runrún del patí de Hernán, varios se juntan y hacen un pedido grande y él con gusto va a dejárselos.
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Si usted desea transportarse al Caribe y de paso comerse un buen patí, puede contactar a Hernán Soto al 6034-2105.
Lo bueno es que, aparte de hacer buen patí, tiene buenas promos porque vende seis paquetes por 5 mil colones o diez por 8 mil colones.