Una de las pasiones que caracterizaban a Joselyn Navarro Calderón era su afición por el Deportivo Saprissa, amaba ser una seguidora morada y por lo general andaba algún accesorio que la identificara con el Monstruo.
De hecho, su último día con vida andaba una pulsera del equipo tibaseño y salió de su casa, en Rincón Grande de Pavas, San José, rumbo a cumplir con el que era su primer trabajo, como consultora de Avon, vendiendo productos de casa en casa.
Lamentablemente, esa pulsera y el equipo de sus amores se convirtieron en una prueba fundamental para identificarla tras ser víctima de un ‘depredador’, tal y como catalogaron a su atacante los jueces del Tribunal Penal de Pavas.
Joselyn tenía 18 años, era catequista en la iglesia a la que iba y estaba llena de sueños, entre esos ser locutora, para lograrlo sabía que debía trabajar mucho, para así pagarse sus estudios y demás.
Al ser una consultora de productos de belleza le tocó empezar a dar su número de teléfono por medio de volantes para que la contactaran y así obtener más clientes, esto fue aprovechado por el asesino, identificado como Saúl René Centeno Quintana, quien la contactó y mediante engaños le hizo creer que estaba interesado en los productos, la citó en una casa cercana a la de ella y allí la atacó, acabó con su vida y además la descuartizó.
La joven desapareció el 16 de noviembre del 2012 y no se supo nada de ella durante ocho días, su hermano mayor, Marco Navarro, denunció la desaparición, pegó volantes, pidió ayuda, pero se desconocía su paradero. Solo Centeno sabía qué había pasado con la muchacha.
Finalmente, los restos de la joven fueron encontrados el sábado 24 de noviembre de ese mismo año.
El hallazgo lo hicieron varios trabajadores que estaban cerca del río Torres, cerca del aeropuerto Tobías Bolaños, quienes vieron partes de los brazos, una pierna y la cabeza de una mujer, que estaban cubiertos por hojas y tierra.
Las autoridades y la familia identificaron a la víctima por la pulsera de ‘La Ultra’ (barra de Saprissa) que ella andaba, además de un lunar en el antebrazo y luego el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que se trataba de la muchacha, por medio de pruebas de ADN y la huella dactilar.
En ese momento se desconocían las causas del ataque contra una joven tan buena, trabajadora y con tantas metas por cumplir.
El desalmado
El caso lo llevaron los agentes de Homicidios del OIJ y luego de análisis de teléfonos y otros seguimientos lograron dar con Centeno, a él lo capturaron dos meses después de la agresión, el 30 de enero del 2013, también en Pavas.
El sujeto, además de arrebatarle la vida a Joselyn, le quitó el celular y se lo dio a su pareja sentimental y luego a otra mujer.
El sujeto, además, era investigado por violaciones sexuales, entre ellas a una menor de edad.
Como si fuera poco, era conocido policialmente, pues tenía dos meses de haber salido de la cárcel cuando cometió el homicidio de la saprissista, el tipo había descontado una condena de 16 años y 8 meses por robo agravado y violación.
Por la muerte de Joselyn y las violaciones lo llevaron a juicio y el 15 de junio del 2014 lo condenaron a 28 años de cárcel, 10 por la violación y 18 por el homicidio de la joven catequista.
“Preparó las circunstancias para hacer que la ofendida llegara hasta donde él, pues previamente a su desaparición la citó en varias ocasiones, le envió mensajes de texto para que llegara a determinados lugares y finalmente se deja de tener noticia de la misma hasta que es encontrada totalmente desmembrada en la cercanías del aeropuerto de Pavas.
“Pero aún así, no logra desaparecer los rastros del delito, toda vez que en la parte de atrás de su casa se encontraron pertenencias de la ofendida, se logró establecer el vínculo entre el teléfono de la agraviada con el imputado, fue este quien entregó dicho aparato telefónico a dos mujeres con las que tenía relación, y finalmente fue en la casa donde este habitaba que se localizaron los rastros de sangre de la ofendida”, señaló la sentencia.
Centeno tuvo un abogado público que luchó para que le redujeran la condena, pero los jueces del Tribunal de Casación no le dieron la razón y la dejaron en firme el 18 de febrero del 2015.
Los jueces valoraron que el hombre citara a la víctima por teléfono, los antecedentes de violación que tenía y el comportamiento de cómo se deshizo del cuerpo, generando un dolor más grande para los familiares de ella.
“Se utilizan adecuados fundamentos para la imposición de la pena, dado el grado de afectación al bien jurídico tutelado, así como las circunstancias en que se acabó con la vida de la víctima, quien fue desmembrada y su cuerpo esparcido en las cercanías del aeropuerto Tobías Bolaños, lo cual le generó un mayor dolor a su familia, no solo por la forma en que murió la ofendida, sino que tampoco todas sus partes fueron halladas, ni la pudieron ver para finalmente enterrarla, aspectos todos que en conjunto explican de una manera clara y razonable la imposición de la sanción”, señalaron.
Una década de su muerte
Joselyn era la única hermana de Marco Navarro, él junto a su hija y padres mantienen viva la memoria de la muchacha. Los restos los sepultaron en el cementerio Metropolitano de Pavas.
“A nivel familiar, siempre la recordamos, siempre la vamos a visitar donde ella está enterrada, siempre recordamos su fecha de cumpleaños y la de su deceso y la recordamos con alegría y tristeza cuando le dimos el último adiós.
“También recordamos el apoyo de las personas en ese momento que estuvo desaparecida y sabemos que descansa con Dios”, expresa su hermano.
Agregó que era una joven muy alegre y siempre pensaba en los demás.
“Era una de una persona muy alegre, muy dada al servicio de Dios”, agregó.
Sostuvo que su hermana tenía cerca de un mes de estar trabajando y estaba ilusionada porque quería crecer en todos los ámbitos de la vida.
“Ella quería trabajar para hacerse sus cositas, para poder ir creciendo y desarrollándose integralmente”, dijo.
Joselyn tuvo una sobrina con la que solo compartió un año, la pequeña ya está más grande y tiene recuerdos de su tía paterna.
Marco recalca que solo Dios les dio la fuerza para enfrentar la pérdida de su hermana y pese a todo el dolor le agradece a la justicia haber sacado de las calles a una persona que seguiría haciendo daño a inocentes.
“La ley actuó rápido, actuó de buena manera y gracias a Dios pudieron sacar de la calle a una persona que estaba haciendo mucho daño”.
Recuerdos y sueños
Durante estos 10 años se ha soñado dos veces con Joselyn, la primera fue a los días de la desaparición y ella le decía que no volvería y le pedía cuidar de los papás.
Además, la familia guarda como un tesoro dos cartas que la joven les hizo mucho antes de su sorpresiva muerte.
“Mi mamá y yo guardamos una nota que ella nos había realizado, la de mi mamá fue cuando estaba en la escuela, en tercero o cuarto grado, y era muy impactante lo que decía la nota, mi mamá lo recuerda y lo atesora.
“Y yo tengo una una carta de la Navidad anterior a la que a ella le pasó eso, porque ya yo me había independizado y me dejó una carta con un detalle muy sentimental, y son cosas que que ambos guardamos con mucho amor”, menciona Marco.
Concluyó diciendo que esas cartas las ven como una despedida.