El sueño de doña Lucía Arabia López de encontrar al hijo que buscaba desde hace 52 años se cumplió el pasado 9 de junio.
Esta mamá recibió el beso en la frente que tanto anhelaba de su hijo Jacinto Torres Arabia, de 58 años, y compartió un gran rato con él, conversaron y comieron un gallito. La visita cerró la espera y sufrimiento con la que ella vivía.
La historia de doña Lucía y su familia la compartimos en La Teja el 16 de enero del 2022, cuando una de sus hijas, llamada Marta Torres, nos contactó para contarnos cómo ella se aferraba a encontrarlo.
Jacinto tenía seis añitos cuando se enfermó, ellos vivían en San Isidro de Corredores, Puntarenas, estaba desnutrido y de pronto se empezó a engordar.
Doña Marta nos contó que era porque comía tierra y ya tenía unas bolsas negras en los ojos, entonces una vecina le dijo que lo llevara al hospital porque se le iba a morir.
“Los médicos vieron que tenía una anemia severa, estaba muy malito, lo llevaron al Hospital de Golfito, después estuvo internado en Ciudad Cortés. En aquellos tiempos las calles eran de tierra piedra, no llegaban las ambulancias, así que al niño lo trasladaron en avioneta hasta San José porque necesitaba atención especializada y lo internaron en el Hospital Nacional de Niños”, recordó doña Marta.
La familia vivía en condiciones de extrema pobreza, algunos días había para comer y otros no, el dinero se veía poco, sembraban para alimentarse y algunos vecinos les regalaban frutas.
Por medio de telegramas les avisaban que Jacinto estaba mejor, pero pasó bastante tiempo hospitalizado, hasta que en un último mensaje les indicaron que ya podían ir por él.
El viaje para recoger al pequeño Jacinto fue imposible para la familia, cuando se dieron cuenta ya no estaba en el centro médico, pues no llegaron por él, en aquel momento su madre estaba embarazada y sufrió de depresión postparto.
En el PANI y en el Hospital Nacional de Niños cuando consultamos sobre el caso de Jacinto no existía información y su posible paradero.
Doña Lucía, actualmente de 81 años, pasó atesorando el reencuentro con su hijo, pues la tristeza que guardaba en su corazón cada vez que había una fecha especial y su hijo no estaba con ella, cada vez era más grande.
“Ella batalló contra el cáncer de cérvix aunque no le daban esperanzas, para poder reencontrarse con Jacinto y siempre decía que él estaba vivo, que ella lo sentía en su corazón de madre, Jacinto era su primer hijo”, dijo Marta.
El papá de Jacinto, don Juan Rafael Torres, se murió sin saber qué pasó con su hijo, a él le dio un infarto mientras jalaba un saco de naranjas el 2 de junio de 1983.
Al ver la angustia de su mamá, Marta buscó por todos lados e investigó, no se quedó quedita hasta encontrar a su hermano.
La Teja dio pistas
Después de la publicación de La Teja llegaron a la familia algunas informaciones, pero nada que los llevara directo a Jacinto y es que no hay ni una foto de él pequeñito. No tiene Facebook y muchos menos Instagram.
En La Teja cómo se venían las votaciones le ayudamos a la familia para averiguar si Jacinto estaba vivo o no, y en el Tribunal Supremo de Elecciones salía empadronado un hombre que tenía los datos de doña Jacinta y su esposo, no había dudas que era él, pero a veces en el Tribunal aparecen personas como vivas que ya fallecieron.
La segunda ronda de las elecciones se acercaba, por lo que si ese Jacinto iba a votar tendría que presentarse en la escuela de Río Claro de Guaycará, en Golfito. Así se lo contamos a doña Marta que no dudó en irse a investigar.
“Yo me fui para la escuela, y aunque no tenía ni idea de cómo era mi hermano, estaba convencida que yo iba a reconocerlo cuando lo viera porque todos mis hermanos son parecidos, sobre todo los hombres, las facciones de la cara no se pierden, yo sabía que cuando lo viera no iba a hacer falta nada más.
“Y así pasó, lo vi y dije, ‘ese es mi hermano’. Llegó con una señora y ella se puso como muy nerviosa cuando me vio, entonces yo preferí no acercarme a la fuerza, sino averiguar si era él y sí. Tomé la decisión de irlo a buscar después porque me averigue dónde vivía”, contó la hermana de Jacinto.
Doña Marta esperó unos días y llegó hasta la casa donde supuestamente vivía su hermano.
“Llegué a la casa, me presenté y le conté a la señora que me atendió quién era y en lo que yo andaba y ella de inmediato me dejó conocer a mi hermano y pude hablar con él, fue demasiado para mí poder compartir con él y el sentimiento porque yo sabía lo que significaba para mí mamá”, dijo
Doña Marta nos contó que su mamá y uno de sus hermanos, Moisés, que vive con ella, tienen como un leve retardo.
“Los tres son poco expresivos, les cuesta un poco como dialogar, pero si uno les pregunta algo ellos contestan”, dijo.
¿Qué pasó con Jacinto en 52 años?
Doña Marta nos contó, porque señora que ha cuidado a Jacinto prefirió no dar declaraciones, ella es un ángel para la familia, Jacinto desde hace seis años vive con la señora y con el esposo de ella.
“La señora nos cuenta que mi hermano pasó toda la vida de un albergue a otro”, dijo Marta.
La señora y su esposo conocieron a Jacinto y decidieron darle un hogar cuando el último albergue donde estuvo cerró, los hijos de de la pareja le tienen mucho cariño”, aseguró.
Doña Marta lo ha podido visitar varias veces e incluso asegura que le regalaron un chanchito para que lo cuide.
“Tuve que preparar a mi mamá para llevarla, después de la primera vez que pude ver a mi hermano pasaron tres meses. Le dije a mí mamá que lo encontramos, le enseñamos fotos, le mostramos que la cédula nos confirmaba que era Jacinto. A mi mamá le agarró demasiada emoción, ella vive en Pérez Zeledón con mi hermano, Moisés y hasta Río Claro es lejos y sale caro, ella recibe una pensión y apenas pudimos la llevamos”, dijo.
Torres asegura que compartieron un día precioso.
“Yo le pregunté a mi hermano si estaba contento de ver a mamá y me dijo que sí.
“Mamá desde que lo vio dijo ‘este es mi hijo’, hablaron un poquito, les tomamos unas fotos para que mis otros hermanos los vieran, cuando ya nos íbamos a venir Jacinto le dio un beso en la frente a mamá, fue muy emotivo, ella lo abrazó y le prometió regresar, ahora dice que quiere ir siempre”, contó Marta.
La hermana asegura que a Jacinto le encanta ver tele y a veces acompaña a la pareja que lo cuida a realizar varios trabajitos.
“Nosotros le pedimos demasiado a Dios por este momento, todos lloramos un poco”, aseguró doña Marta.
Jacinto cumplió el 6 de junio 58 años, y el regalo para él es la promesa de sus hermanos y mamá de que ahora que lo encontraron le darán todo ese cariño que por años tuvieron que guardar, y ser un apoyo para él y las buenas personas con las que ha hecho su vida.
Doña Lucía aseguró por medio de su hija que está muy feliz de saber que su hijo vive y que recibe cariño.