Movido por la ira y la codicia, un coreano apellidado Park ejecutó un plan macabro para acabar con la vida de su padrastro y de su madre, a quienes asesinó de un disparo en la cabeza mientras dormían en su cama matrimonial.
La pareja la formaban el peruano apellidado Gómez y una coreana apellidada Hyun.
Park planeó todo durante varias semanas, incluso montó una coartada para echarle la culpa del crimen a unos encapuchados que existieron únicamente en su cabeza. Todo parecía estar en su sitio, pero jamás contó con que la lluvia echaría se lo iba a echar todo a perder.
El doble homicidio ocurrió entre la noche del 31 de agosto y la madrugada del 1 de setiembre del 2007 en la lujosa casa de la familia, ubicada en la urbanización El Prado, en Curridabat.
El hecho conmocionó al país porque la pareja asesinada la integraban dos reconocidos empresarios dueños de una cadena de autoservicios y repuestos.
Cuando se hizo justicia, el 19 de agosto del 2008 el Tribunal de Juicio de Goicoechea condenó a Park, entonces de 22 años, a 32 años de cárcel: 20 por homicidio calificado en perjuicio de su madre y 12 por homicidio simple en perjuicio de su padrastro.
El encargado de conseguir esa fuerte condena fue don Edgardo Bonilla, el fiscal encargado de demostrar la culpabilidad del coreano.
Bonilla, quien ya está pensionado, conversó con La Teja sobre este sonado caso, el cual recuerda perfectamente por haber sido uno de los pocos que se resolvió con prueba indiciaria (indirecta o circunstancial).
“En Costa Rica se decía en aquel entonces que con prueba indiciaria no se podía condenar, pero se aplicó tan bien que todo lo apuntaba a él (a Park), nadie más entró ni salió de esa casa”.
La llamada clave
A la 1 de la mañana del 1 de setiembre del 2007, Park llamó al sistema de emergencias 9-1-1 para informar del homicidio de sus padres.
Al terminar la llamada el joven salió de la casa y habló con dos “guachimanes” a quienes les contó lo que supuestamente había sucedido. Luego se quedó esperando tranquilamente a las autoridades judiciales.
Bonilla, quien en aquel tiempo era fiscal coordinador de la Unidad de Delitos contra la Vida y Homicidios de la Fiscalía Adjunta del Segundo Circuito Judicial de San José, recuerda que la versión de Park señalaba a un grupo de delincuentes como los responsables del ataque mortal contra sus papás.
“Entrevistamos a uno de los guardas particulares, conocidos como guachimanes, y nos dijo que esa noche el muchacho (Park) le había dicho que salió a fumar a la acera y fue sorprendido por unos sujetos que ingresaron a la casa, lo inmovilizaron y luego subieron al cuarto para dispararle a su padrastro y a su madre”.
— "El guarda, que era un señor nicaragüense, aseguró que toda esa noche estuvo trabajando y no vio movimientos sospechosos de personas ni de vehículos", dijo Edgardo Bonilla, exfiscal.
El exfiscal dice que una de las cosas que más le llamó la atención fue que el crimen ocurrió en un barrio de clase alta muy bien vigilado. La casa de las víctimas estaba al lado de la Embajada de Panamá, por lo cual le pareció extraño que nadie hubiera visto algo sospechoso.
“Era un lugar con características especiales en el sentido de la vigilancia, la casa donde se dan los hechos estaba rodeada de diferentes casetas de vigilancia de guardas, además la Policía Administrativa llegó muy rápido a la escena”, añadió Bonilla.
Muchas sospechas
Otro elemento que puso en duda la versión del joven coreano fue que un oficial apellidado Araya, encargado de la Fuerza Pública de Curridabat, le dijo a Bonilla que no había señales de que alguien hubiera entrado a la casa con violencia, ni siquiera encontraron desorden. Todo estaba en su sitio.
“También hicimos la prueba de luminol, no había sangre, la escena estaba completamente limpia. Eso deja entrever que la persona estuvo presta a limpiar la casa, pues no encontramos huellas dactilares ni ningún tipo de huella de calzado. Eso nos motivó a pensar de que se trataba de un asunto de origen familiar”, explicó.
Las sospechas sobre Park aumentaron cuando el oficial Araya y uno de los guachimanes le hablaron al fiscal sobre la actitud que mantuvo el coreano luego de “descubrir” la escena del crimen.
“Otro detalle que nos llamó mucho la atención fue la frialdad con la que se comportaba (Park), ese detalle, la forma de comportamiento, lo notaron el guarda y los miembros de Fuerza Pública. Dijeron que este muchacho no estaba asustado ni llorando, ni siquiera lo llegaron a ver alterado”, añadió.
— “Era una casa moderna, con todas las medidas de seguridad, por eso me acuerdo que una de las veces que fui me llamó la atención que uno de los vecinos era la embajada, y en ese sector había mucha vigilancia”, dijo Edgardo Bonilla, exfiscal.
Lluvia lo delató
Las sospechas no paraban de apuntar hacia el joven, pero fue un detalle --al parecer, pequeño-- el que lo dejó al descubierto.
El exfiscal Bonilla dice: “Me llamó mucho la atención que él dijo que antes de que ocurriera el homicidio había salido a fumar a la acera, pero esa noche estuvo lloviendo y él se encontraba seco, su ropa estaba totalmente seca”.
Bonilla explicó que en la Fiscalía tenían muy presente ese detalle de la lluvia porque en un caso anterior tuvieron que pedir un informe al Instituto Meteorológico Nacional para respaldar una de las pruebas con las que contaban y en esta ocasión hicieron lo mismo y el IMN emitió un informe que decía que sí, aquella noche había llovido en Curridabat.
Esa prueba fue fundamental para la detención de Park ya que no se hallaron en la casa huellas de zapato mojadas o rastros de barro. Es decir, ningún grupo armado ingresó a la vivienda.
“Sumado a eso se hizo un trabajo de análisis criminal con un mapeo de todas las posibles rutas de escape y era imposible salir de esa casa sin que nadie los viera”, añade Bonilla.
Le pararon la fiesta
La detención del coreano fue una pieza más del rompecabezas. Las autoridades aún tenían la tarea de determinar el motivo del doble homicidio para demostrar la culpabilidad de Park.
Según Bonilla, por medio de la investigación descubrieron que el joven estaba molesto con sus papás, especialmente con su padrastro, porque este había limitado sus gastos en vista de que Park solía darse una vida llena de lujos despilfarrando el dinero de su familia.
“Nos dimos cuenta de que este muchacho había entrado en problemas principalmente con su padrastro, porque llevaba un nivel económico muy alto de gastos y, aparentemente, le habían reducido el presupuesto, o la mesada como decimos los ticos, y eso lo había molestado mucho.
“También encontramos unos correos electrónicos que Park le envió a su hermano, que estudiaba fuera del país, diciéndole que estaba muy molesto con el señor por esa razón”, detalló el exfiscal.
Bonilla explica que ese descontento que Park sentía hacia su padrastro también quedó demostrado en la forma en que se llevó a cabo el homicidio doble.
“Se hizo una pericia y se determinó que el primer disparo fue contra el padrastro, y si la memoria no me falla fue en la boca, fue un disparo de contacto (a quemarropa); eso indicaba que la acción de él iba contra el padrastro, quien era el que le había ido mermando sus ingresos.
“Creo que contra la madre había cierto grado de resentimiento, pero no tan fuerte como con el señor. Siempre valoramos que perfectamente una de las causas de que él le disparara a la mamá fue que al primer disparo la señora lógicamente se iba a despertar y él no podía dejar testigos. Ya estaba decidido a hacerlo”.
Falso robo para confundir
Durante la investigación las autoridades también descubrieron otro hecho que les llamó la atención. Tres meses antes del doble homicidio se habían metido a robar a la vivienda de la familia de Park.
Aunque ese caso nunca fue resuelto, Bonilla piensa que se trató de una simulación. Habría sido el propio Park quien cometió el hecho pensando que este serviría para desviar la investigación del OIJ una vez que cometiera el asesinato de sus padres.
“Eso nos pareció muy sospechoso y llegamos a considerar que ese hecho fue parte de la estrategia de preparación del homicidio, pero no se pudo comprobar”.
Según Bonilla, ese caso fue muy similar al debieron investigar cuando ocurrió el asesinato de la pareja ya que el “ladrón” entró a la propiedad sin necesidad de forzar puertas ni ventanas y sabía como neutralizar el sistema antisecuestro del carro que se llevó.
Además del vehículo, un Ssang Yong Rexton, de la vivienda robaron una caja fuerte que contenía joyas y dinero que nunca fueron recuperados.
— “Era un imputado con características especiales, era una persona muy inteligente, que sabía lo que estaba haciendo, que preparó todo lo que fue haciendo", dijo Edgardo Bonilla, exfiscal.
Juicio de mucho cuidado
El exfiscal recordó el juicio como una de las etapas más rudas de todo el caso ya que Park era un acusado muy diferente a todos los que había enfrentado y debió estar muy atento a cada una de sus palabras.
“En el juicio declaró una vez y tuvimos que pararnos fuertes para poder desvirtuar lo que dijo, se llevó su rato preparando toda la estrategia. Fue un comportamiento atípico de un homicida, y se lo digo por el conocimiento de trabajar tanto tiempo en homicidios; él nunca mostró arrepentimiento, siempre se mostró en una posición de que iba a salir absuelto”.
El abogado que representaba al joven trató de traerse abajo la acusación de la Fiscalía señalando que la investigación estaba mal hecha, que las autoridades judiciales detuvieron a la persona equivocada y que no quisieron buscar otros sospechosos.
Además dijo que en las manos de Park nunca se encontraron restos de pólvora, como si jamás hubiera disparado.
Bonilla explicó que los jueces no pensaban igual, pues para ellos todas las pruebas señalaban a Park como el asesino.
Al final Park recibió una condena de 32 años, la cual fue apelada por su abogado ante la Sala de Casación, sin embargo, los magistrados rechazaron ese recurso.
Actualmente el coreano se encuentra cumpliendo esa sentencia en el Centro de Atención Institucional Jorge Arturo Montero, mejor conocido como La Reforma, en San Rafael de Alajuela.
“Lo recuerdo como un muchacho de 22 años con un gran futuro, lástima porque tenía todo para triunfar en la vida, era el típico muchacho acomodado y con la inteligencia suficiente para sacar una profesión y ser un ciudadano de bien, pero creo que se desvió y se dejó llevar por la vida fácil, ahí comenzaron sus problemas”, dijo el exfiscal.