Pocos conocen la carga emocional que los bomberos llevan sobre sus hombros y cómo en muchas ocasiones ven en sus seres queridos el reflejo de aquellos a los que lamentablemente no pudieron salvar.
Esto le sucedió al bombero Rodrigo Leandro, quien al mirar a su pequeño hijo de 8 años no podía evitar pensar en un niño de la misma edad que murió, en el 2018, a consecuencia de un incendio que fue provocado por la propia madre de la criatura.
“Ese evento fue bastante duro, incluso superarlo fue un poquito complejo. Para ese momento mi hijo tenía ocho años y cuando yo veía a mi hijo sin camisa, mi mente sobreponía las imágenes del otro niño en él, entonces fue un hecho que sufrí bastante”, contó Leandro.
Lo más duro para Leandro, quien tiene 25 años de ser bombero, es que en ese terrible hecho no solo murió ese pequeño niño, sino que también perdió la vida una hermanita de él, de 10 años. Ambos fueron encerrados dentro de un pequeño cuarto por su madre, una mujer apellidada Batista.
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Desde ese trágico hecho han pasado cinco años, sin embargo, este triste caso sigue muy fresco en la memoria del bombero, quien contó que él y sus compañeros luchan a diario por seguir adelante y que estas difíciles situaciones no los afecten.
“Es una carga bastante pesada que uno lleva en su maleta diariamente, porque este es un trabajo que amo, pero odio el sufrimiento humano”, agregó.
Humo muy diferente
El lamentable caso ocurrió la madrugada del lunes 26 de abril del 2018, en San Francisco de Dos Ríos. La estación de Bomberos recibió una alerta sobre un incidente por humo en una estructura.
Según Leandro, ese tipo de casos suelen ser incidentes menores, por lo que generalmente no se despacha tanto recurso como para atender un incendio.
Por ese motivo, solo salió una unidad de la estación, en la que iban el conductor, dos bomberos voluntarios y él.
“Cuando ya íbamos en ruta, llevábamos un par de minutos de viaje, nos dijeron que se trataba de un incendio, por lo que añadieron dos unidades más, pero de igual forma nosotros fuimos los primeros en llegar”, recordó.
Un detalle que el bombero aún recuerda con mucha precisión es la enorme columna de humo negro que vio a la distancia, cuando estaban por llegar al lugar.
“Era una columna de humo muy negro, un poco diferente a la de un incendio normal, porque era muy sólida y salía de un punto muy específico, no estaba como distribuída por toda la estructura, sino que era algo muy puntual. Ese humo negro sale cuando se queman hidrocarburos que aceleran el fuego”.
Terrible escena
Casi que de inmediato Leandro se topó con una mujer que le dijo que sus dos pequeños hijos se necontraban dentro del apartamento, esa situación cambió por completo las prioridades de los bomberos, pues ahora lo más importante era sacar a los hermanitos con vida.
“Me devolví adonde estaban los compañeros y les dije que teníamos que buscar dos niños dentro de la casa”.
A los pocos minutos uno de los bomberos se acercó a Rodrigo para darle la peor noticia que podía recibir en ese momento.
“Cuando yo estaba hablando por radio con la central uno de los bomberos se me acercó para hablarme al oído, yo terminé la transmisión y fue en ese momento que me dijo: ‘los niños están quemados’; yo no lo podía creer, entonces me fui corriendo con él al interior de la casa.
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“Dentro de todo lo quemado que había ahí se lograba reconocer el cuerpo de los chiquitos. El niño menor estaba muy cerca de la puerta, tenía lesiones muy fuertes en todo su cuerpo y la niña estaba como en la cabecera de la cama, al otro lado del cuarto, estaba como hincada en una posición de defensa sobre la cama”, recordó.
“La habitación estaba completamente quemada, pero el resto del apartamento no tenía daños, todo estaba en esa habitación”.
— Rodrigo Leandro, bombero.
Indiferencia ante la tragedia
Aún sin poder asimilar la escena que acababa de ver, Leandro trató de mantener la calma para comunicarle a la madre lo que había pasado, pero la reacción de ella fue la que lo dejó sin aliento.
“Su comportamiento fue pasivo, ella hizo algunas acciones como de sufrimiento, pero pasivo, y después ya estaba concentrada en su celular, en ver videos, como más en entretenerse que lamentarse por la muerte de sus hijos. A mí me llamó la atención que ella no estaba vestida como una persona que estaba durmiendo, sino más bien como alguien presto a salir a la calle”.
Esa indiferencia de la madre ante lo ocurrido se terminó de confirmar cuando, horas después, la abuelita de los niños se acercó a la escena para tratar de ayudar al personal de Bomberos y del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
“Nosotros permanecimos toda la noche con el OIJ, realizando el levantamiento de los cuerpos y recolectando indicios, y recuerdo que la mamá de la muchacha llegó a ayudar, ella estaba muy afectada y sufriendo, y en ese momento su hija le dijo: ‘¡Ya, mamá!, ¡deje de hacer el papel!’”, contó Leandro.
Gritaban por ayuda
El bombero contó que días después de la tragedia, varias personas que vivían en los apartamentos donde ocurrió el incendio se acercaron a la estación para pedir información y constancia y por medio de ellos descubrió otra triste situación que ocurrió ese día.
“Algunos de los vecinos que vivían en esos apartamentos contaron sus propias historias de lo sucedido, de cómo escucharon los llantos y gritos de ayuda de los niños, nos dijeron que ellos le tocaban a la muchacha para que abriera la puerta.
“A ella se le cuestionó eso y dijo que estaba durmiendo en el sillón afuera del aposento donde murieron los niños y que ella no escuchó nada, lo extraño es que la vecina que colindaba con esa habitación escuchó al chiquito gritando: ¡Se quema, se quema! ¡Ayuda, se quema!”, recordó Leandro.
Incluso, uno esos vecinos le contó que él derribó la puerta del apartamento para tratar de salvar a los niños.
“Él llegó hasta el cuarto de los chiquitos y vio que la puerta estaba trabada con un trapo, no solo estaba cerrada, sino que le habían puesto un trapo en el llavín para que no se pudieran abrir”.
Poco tiempo después Leandro también se enteró de que en la casa de la mujer encontraron gasolina, lo que le pareció extraño pues ella vivía sola con sus hijos y no tenía carro ni moto.
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Fuerte sentencia
En el año 2019 se realizó el juicio contra la mujer que dio a luz a esos chiquitos, quien para ese momento tenía 29 años. El debate fue muy doloroso para muchas de las personas que se involucraron en lo sucedido, pues fue revivir la tragedia con lujo de detalles.
Así lo contó Rodrigo, quien tuvo que presentarse como testigo para contar lo que vio y vivió ese terrible día, el cual desearía olvidar.
“También fue muy duro cuando tuve que ir al juicio como testigo, pues era revivir todo de nuevo”.
El martes 19 de noviembre del 2019 los jueces del Tribunal Penal de San José declararon a Batista responsable de dos delitos de homicidio calificado en perjuicio de sus hijos, sin embargo, fue hasta semana después que se dio a conocer la sentencia de 60 años de cárcel en su contra. La mujer solo pasará 50 años en prisión, que es el tiempo máximo establecido por la ley.
Cargas muy pesadas
Leandro contó que tardó bastante tiempo para superar ese caso, pues como cualquier rescatista debe luchar para que esas situaciones no lo afecten, pues todos los días debe estar preparado para afrontar nuevos incidentes, que incluso pueden llegar a ser peores.
“En la vida de un bombero estas cosas son una carga muy pesada, que normalmente la gente desconoce. Emocionalmente es muy duro, porque frecuentemente uno está cerca de la muerte y de una forma traumática”.